❝La tristeza que dibuje ese día saldrá volando como un avión de papel
Hasta perderse en el profundo cielo azul derritiendo el hielo de mi corazón❞
—Yuko.— sin respuesta. —Yuko.— volvió a repetir.
¿Qué había pasado? Yuko había salido corriendo ¿Por qué? Joder no lo sabía, era más que molesto.
Ahora tocaba la puerta de su departamento sin darle tregua. Esperen ¿Por qué tocaba la puerta si podía entrar con su llave? "Idiota." Se dijo así mismo mientras sacaba su llave y la introducía en la cerradura. Entró, recorrió. No estaba en la cocina, ni en la sala, ni en el baño, ni en su habitación.
¿Dónde estaba Yuko? Él la había visto dirigirse hacia acá ¿Por qué no la detuvo? Pudo haber corrido, claro que era rápida, pero él aún la supera en velocidad; esa chica reducía su habilidad de pensamiento a un cero!
Saliendo nuevamente del departamento, éste alzó la mirada a la luna.
Comenzaba a creer que Taichi insistiendo desde la preparatoria y haber salvado a la pelirroja varias veces en el digimundo había sido mas sencillo para conquistar a Sora que él con sus palabras torpes intentando llegar al corazón de Yuko.
Claro, él no sabía que desde hacía mucho se encontraba dentro de este. Todos sus amigos pensaban que el y la elegida del amor había terminado por tontas discusiones, y si bien era cierto, la razón principal fue porque ella se dio cuenta de sus sentimientos por el moreno, y él no había olvidado a Yuko.
—¡Hikaru!— soltó cuando vio al primo mayor de Yuko que llevaba en brazos durmiendo a James, quien había ido de visita al Templo—¿Dónde está Yuko?— Hikaru en estos momentos lo veía como diciendo ¿En serio? ¿Tú me preguntas eso?.
El Ishida comenzaba a sospechar que Hikaru había presenciado todo desde las sombras, como siempre, cuidando de Yuko.—Sí, sí, fue mi culpa.— alzó ambas manos acercándose al lobo. —Esto es molesto pero ayúdame a encontrarla.—
Hikaru suspiro con molestia —en el Cementerio— dijo sin más —siempre va al cementerio con mi tía y Akira para desahogarse, debe estar allí por tu idiotez—comenzó a correr por donde le dijo. "¡El cementerio! ¿Cómo no lo pensó antes? Yuko iba al menos una vez por semana a ese lugar."
El ojiazul se detuvo unos metros antes de dónde la tumba que la Miyazono visitaba, se ubicaba. Agudizando su vista, agradecido con la brillante luna llena que alumbraba el lugar con sus rayos blanquecinos, Matt pudo distinguir el cuerpo de la chica arrodillado frente a la tumba.
Dudando en acercarse o no, terminó haciéndolo a sabiendas de que probablemente Yuko ya se había percatado de su presencia. Entre más cerca estuvo de ella, pudo distinguir mejor como es que ésta lloraba bajamente haciendo que su cuerpo se sacudiera esporádicamente por los sollozos retenidos. Sin emitir palabra se arrodilló por un lado de ella dejando que una de sus manos acariciara su espalda buscando reconfortarle.
—Yamato... Yo...— tartamudeó evitando la mirada del rubio.—No te molestes Luna. Si aún no estás lista para contarme o corresponder a mis sentimientos: no importará. Solo deseo asegurarme de que estés bien... Vamos a casa, anda.— susurró jalándola con delicadeza para poder ponerla de pie.
Se agachó pasando uno de sus brazos por la flexión de sus rodillas mientras el otro la sostenía por su piernas así cargándola. Comenzó a caminar en dirección al departamento de la Miyazono, donde se encontró en la salida a Hikaru que se fue al ver a su prima ahí, no sin antes darle una palmada en el hombro al Ishida deseándole suerte. Hizo su procedimiento común entrando a la habitación, con el pequeño cambio de que esta vez depositó a la chica sobre su cama arropándola con la manta color blanco.
—Descansa Luna.— soltó sonriendo al ver como la chica se acurrucaba aún más entre las sábanas. Dispuesto a irse para darle su espacio, se dio la vuelta con dirección a la puerta. Una mano en su muñeca lo detuvo.
—Quédate conmigo.— eso fue suficiente para hacer el corazón de Yamato explotar. Después de todo, era una esperanza ¿Cierto? Obedeciendo a la mujer que lo tenía comiendo de la palma de su mano, se quitó su chaqueta para así introducirse a la cama junto a ella. Suspiró cuando el delgado cuerpo de la chica buscó el de él, acurrucándose en este.
—Luna.—
—¿Mhm?—
—De nosotros dos, el cobarde que huye de lo molesto soy yo. No intentes quitarme el puesto.—
Susurró besando suavemente la frente de la chica, preparándose para la inminente conversación que se venía encima. Por la Miyazono, él estaba dispuesto a dejar de ser quién escapaba de las cosas problemáticas. Dejar aquel título que se había autoimpuesto para comprender a la chica que había robado su corazón.
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YukoMiyazono
°°°°°°°°°°°°°°°°°•06•10•2021•
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🌸Brisa Primaveral🌸 {Yamato Ishida}
FanfictionQuisiera ser aquella cálida brisa primaveral que descongele la nieve del frío invierno. Un par de mejores amigos de la infancia que sin importar cuántas veces se separaban el destino los unía. Miyazono Yuko, una chica amable que siempre ve por el bi...