CAPÍTULO 10

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Llegué a mi casa casi a las 10 de la noche, todas las luces estaban apagadas, eso era raro, normalmente siempre dejaban una luz encendida, estacioné mi auto en la cochera y bajé de este para dirigirme a la puerta de mi casa.

Subí los escalones, traté de escuchar para ver si había alguien pero no había ningún sonido dentro de la casa, saqué la llave del bolsillo de mi pantalón, abrí la puerta con mucho cuidado, todo se estaba oscuro.

Encendí la luz, la casa se encontraba vacía, comencé a caminar por la casa, no había ningún rastro de mis padres, ¿a dónde pudieron haber ido?, seguí caminando por la casa, definitivamente no había nadie.

Caminé hacia la sala y me acerqué al teléfono, coloqué el aparato en mi oreja y marqué el número de mi padre, después de dos tonos respondió el teléfono.

-¿Hola? - el respondió confundido

-Hola papá - respondí mientras soltaba un suspiro

-¿Dorcas? ¿Está todo bien? - el preguntó preocupado - ¿Estás en casa

-Sí, es que necesitaba hablar con ustedes - respondí, escuché como el soltó un suspiro del otro lado de la línea

-Cariño, yo me encuentro en un viaje de trabajo - yo solamente asentí aunque el no pudiera verme - Probablemente tu madre tuvo un turno de noche en el hospital

-Esta bien - respondí, sabía que estaba preocupado, podía escucharlo en su voz - La esperaré, ¿cuándo volverás?

-Probablemente mañana por la tarde - el me respondió, iba a decir algo más pero escuché como lo llamaron - Cas tengo que colgar, te veré mañana, ¿está bien?

-Si está bien, adiós papá - colgué el teléfono y me dirigí hacia el patio de mi casa, me senté en uno de los camastros que había cerca de la alberca

Me recosté en este y miré hacia el cielo, que para mí sorpresa se encontraba completamente despejado, las estrellas brillaban más que nunca y la luna igual, siempre me gustó ver la luna, me llenaba de paz y me ayudaba a aclarar la mente, cosa que necesitaba en estos momentos.

Me quedé ahí recostada, no supe en qué momento me quedé dormida.

Desperté porque sentí como alguien me movía el hombro, abrí los ojos y me encontré con los de mi madre, miré alrededor, ya era de día, me senté y tallé mis ojos para poder acostumbrarme un poco a la luz del día, mi madre se sentó en el camastro que estaba frente a mí y me miró.

-¿Que sucedió? - yo solamente la miré sin saber que decirle - Siempre que vienes sin avisar es porque sucedió algo, ¿quieres hablar de eso?

-Por favor - ella tomó mi mano y yo bajé la mirada - Es solo que, todo es un caos, no se que hacer

-Quiero suponer que es por Hope - la miré de nuevo, ella sonrió divertida - Me desmayé ayer de la nada, probablemente a tu padre le sucedió lo mismo, y cuando desperté la recordaba

-No se que hacer mamá - dije mientras negaba con la cabeza - Recupere los recuerdos de Hope, si pero, lo que sentía por ella volvió también, y se que no es solamente por nuestro vínculo

-Pero está Maya, ¿verdad? - yo solamente asentí - Cas, se que no quieres lastimar a Maya y a Hope, pero tendrás que elegir en un punto, aunque estoy muy segura de a quien elegirás

-No sé cómo hablar con Maya, no sé cómo decirle que ya no puedo estar con ella - sentía como mis ojos se llenaban de lágrimas - La quiero de verdad lo hago

-Pero amas a Hope, y aunque en estos momentos estés enojada con ella - la miré y ella levantó su mano para acariciar mi mejilla - Sabes que para ti siempre será ella

𝐄𝐓𝐄́𝐑𝐄𝐎 (Hope Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora