Cosas

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Hubo una vez en tierras lejanas una hermosa joven de cabellos de oro. Sasha era su nombre, deslumbrante y enamoradisa doncella.

Su sonrisa era el sol, y su mirada la luna. Aquellos que la mirasen caian encantados en su belleza. Mas hay tristeza en su corazon, pocos lo saben y nadie dice nada, su amor es eterno pero prohibido.

"¡pero padre!" se escuchaba las súplicas por los rincones de un enorme castillo "!yo no la amo!"

"¡basta Sasha!" habló firmemente un hombre de edad avanzada pero que aun coserva su porte, cicatrices cubren su mirada, aquellas que intensad batallas le ha regalado "la paz se ha conseguido a un alto precio, mismo que estoy dispuesto a pagar"

"pero yo..."

"no permitiré que se pierdan mas vidas" dijo pero aflojó su postura y se mostró compasivo "lo lamento hija... Desearía que hubiera otra forma"

"..." Sasha no dice nada, camina derrotada a sus aposentos y despacio cierra la puerta

"no será tan malo hija" dijo el hombre major entendiendo que a su hija hay que darle espacio "La princesa Wu parece una buena persona" el hombrr se retira pensativo.

Mientras tanto.

Una loca aventurera se cola en los jardines del palacio, siempre cautelosa, no quiere ser descubierta. Ve una enredadera y junto a un arbusto saca una cuerda cuyo extremo se haya atado un gancho.

"¡perfecto!"

Ella entra en calma, aun es temprano. Su objetivo es escalar la pared de piedra al sur del castillo, y para eso debe esperar a que cubra la noche y sus pasos sean mas silenciosos. No esperará mucho, con una sonrisa mira el horizonte los colores narnja y rojos que dibujan en las nubes.

"falta poco" suspira. Su cuerpo se relaja y se apoya en el muro de piedra para luego deslizarse hasta el suelo "estoy demente, si me descubren es seguro que me decapitaran ¿por que hago esto?"

Pasó una hora allí mismo pensando, sumergida en sus pensamientos, meditando. Pero su tiempo a solas ya debe terminar.

"ahora estoy nerviosa" dijo y se puso de pie, levanto la vista hacia un punto en especial. "es raro, no esta ilumina ¿estará dormida?"

Surgió en ella una duda y el temblor de su mano se detuvo de un momento. Aguantó la respiración y con cuerda en mano agitó en movimientos circulares el gancho. Lanzó, dio en el blando y dándole un par de jalones esta lista para ponerse en marcha.

"ya voy mi amor"

¡Feliz Navidad Anne!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora