Capitulo Uno

543 14 1
                                    

Claro que tengo secretos.

Por supuesto. Como todo el mundo. Es lo más normal. Y estoy segura de que no son más numerosos que los del resto de la gente.

Y no me refiero a cosas trascendentales del tipo: «El presidente tiene la intención de bombardear Japón y sólo Will Smith es capaz de salvar al mundo.» Los míos son normales y corrientes. Por ejemplo, unos cuantos al azar, así, a bote pronto: 

1. Mi bolso de Kate Spade es falso.

2. Me encanta el jerez dulce, la bebida menos enrollada del mundo.

3. No tengo ni idea de lo que significan las siglas OTAN. Ni qué representan.

4. Peso sesenta y un kilos y no cincuenta y seis, como cree Connor, mi novio. (Aunque he de alegar en mi defensa que cuando se lo dije había planeado ponerme a dieta. Y, la verdad, tampoco hay tanta diferencia.)

5. Siempre he pensado que Connor se parece un poco a Ken, el de Barbie.

6. A veces, cuando estamos haciendo el amor apasionadamente, me entran ganas de echarme a reír.

7. Perdí la virginidad con Danny Nussbaum en el cuarto de invitados, mientras mis padres veían Ben Hur en el piso de abajo.

8. Ya me he bebido el vino que me dio mi padre para que lo tuviera veinte años en la bodega.

9. Sammy, el pez de colores de mis padres, no es el mismo que el que les cuidé mientras ellos estaban en Egipto.

10. Cuando Artemis, mi compañera de trabajo, me irrita de verdad (algo que ocurre casi todos los días), riego su planta con zumo de naranja.

11. Una vez tuve un extraño sueño lésbico con Lissy, una de las chicas con las que comparto piso.

12. El tanga que llevo me molesta.

13. Siempre he creído que no soy como todo el mundo y que en el momento más inesperado empezaré una nueva vida, emocionante y asombrosa.

14. No tengo ni idea de qué está diciendo el tipo del traje gris.

15. Además, he olvidado cómo se llama.

Y acabo de conocerlo hace diez minutos.

  —Nosotros creemos en las alianzas logísticas formativas —dice con voz monótona y nasal—tanto en línea ascendente como en descendente, sea por encima o por debajo de la paridad.

—Por supuesto —corroboro animadamente, en plan: «Es lo normal.»

¿Logística? ¿Qué querrá decir?

 ¡Dios mío! ¿Y si me lo pregunta?

No seas tonta, Emma. No te va a soltar de repente: «¿Qué significa esa palabra?» Soy una colega, una profesional del marketing, ¿no? Se da por supuesto que sé de esas cosas.

De todas formas, si vuelve a mencionarlo, cambiaré de tema o le diré que soy poslogística o algo así. Lo importante es que muestre una imagen competente y de confianza en mí misma, Puedo hacerlo. Es mi gran oportunidad y no voy a cagarla.

Estoy sentada en un despacho de la sede de Glen Oil en Glasgow, y al mirar mi reflejo en el cristal de la ventana me doy cuenta de que tengo aspecto de superejecutiva. Me he alisado el pelo; llevo unos pendientes discretos, como los que recomiendan en los artículos tipo «Cómo conseguir trabajo»; y me he puesto mi flamante traje nuevo de Jigsaw. (Bueno, está prácticamente nuevo. Lo encontré en una tienda de ropa de segunda mano a beneficio de la lucha contra el cáncer y le cosí el botón que le faltaba. Nadie diría que lo compré allí.)

No te lo vas a creer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora