capítulo seis.

269 8 5
                                    

Durante el resto del día, en la oficina parece flotar una especie de ambiente festivo. Pero yo me quedo sentada, incapaz de creerme lo que ha pasado, y cuando regreso a casa por la tarde, el corazón sigue latiéndome con fuerza por lo inverosímil de la situación. Por su completa injusticia.

Se suponía que era un extraño. Y lo bueno de los extraños es que se esfuman y nunca los vuelves a ver. No aparecen en tu trabajo ni te preguntan cuánto es nueve por ocho ni de repente son tu supermegajefe.

Lo único que puedo decir es que he aprendido la lección. Mis padres siempre me repetían que no hablara con desconocidos y tenían razón.

No volveré a hacerlo.

Nunca.

He quedado con Connor en que iría a su casa esta noche y cuando llego, noto que todo mi cuerpo se relaja. Estoy lejos de la oficina y de la interminable charla sobre Jack Harper, y mi novio está cocinando. ¿No os parece perfecto? En la cocina hay un maravilloso olor a hierbas y ajo, y un vaso de vino me espera en la mesa.

-Hola. -saludo, y le doy un beso.

-Hola, cariño. -contesta levantando la vista del fuego.

¡Mierda! Lo había olvidado por completo. ¿Qué voy a hacer para recordarlo?

Ya sé, me lo escribiré en la
mano.

-Mira eso, lo he bajado de Internet. -me dice con una gran sonrisa, y me indica una carpeta que hay en la mesa. La abro y veo una fotografía en blanco y negro de un salón con un sofá y una planta.

-¡Información de pisos! Vaya, eso sí que es rapidez. Ni me acordaba.

-Hay que empezar a buscar. Éste tiene un balcón. Y hay uno con chimenea.

-¡Fantástico! -Me acomodo en una silla cercana y miro la borrosa fotografía, intentando imaginarnos juntos. En ese sofá. Solos los dos, todas las tardes.

¿De qué hablaremos? Bueno...
de lo de siempre. Puede que juguemos al Monopoly. Sólo si nos aburrimos, claro. Miro otra página y me siento más positiva.

Éste tiene suelo de madera y contraventanas. Siempre he querido vivir en un sitio así. Y qué cocina más molona, con encimera de mármol. Va a ser estupendo, qué ganas tengo de que llegue el momento.

Más animada, tomo un trago de vino y estoy a punto de recostarme cómodamente cuando Connor comenta: -¿No te parece una pasada la visita de Jack Harper?

No, ¡por favor! No quiero hablar de él.

-¿Lo has conocido? -añade mientras se acerca con un cuenco lleno de cacahuetes.-Me han dicho que ha estado en Marketing.

-Esto... Sí.

-Esta tarde se ha pasado por Investigación, pero yo estaba reunido. -Me mira con enorme curiosidad. -¿Cómo es?

-No sé. Tiene el pelo castaño, es norteamericano. ¿Qué tal ha ido la reunión

Mi argucia para cambiar de tema no funciona.

-¿No te resulta increíble?-exclama radiante.- Jack Harper.

-Supongo. -digo encogiéndome de hombros - De todas formas...

-Emma, ¿no te parece apasionante? -pregunta estupefacto.- Estamos hablando del fundador de la compañía. Del hombre al que se le ocurrió la idea de Panther Cola. Que cogió una marca desconocida, le cambió el envase y la vendió en todo el mundo. Convirtió una empresa con pérdidas en una corporación inmensa y exitosa. Y ahora vamos a conocerlo. ¿No es emocionante?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 31, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No te lo vas a creer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora