Capítulo 12

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[Sin salida]





Xiao Zhan

—Ugh... mi cabeza... —comencé a quejarme por el leve aunque repentino dolor que sentí al despertar.

No tengo ningún recuerdo de la noche anterior después de la visita de Li Bowen. Extrañamente me siento algo desorientado por no tener tantos recuerdos, pero lo atribuí al trabajo excesivo de los últimos días.

Tantas cosas que han pasado debieron haberme agotado física y mentalmente.

Me quedé quieto y recostado todavía en mi cama mientras posaba mi mirada en el techo, viendo aquel color claro de las paredes y deteniéndome en la mesa de noche para observar el casco negro que se encontraba encima.

—Espera... —hablé solo, reincorporándome de inmediato y observando cuidadosamente cada detalle de la habitación —debe ser una broma.

Al darme cuenta de la gran diferencia de tonalidades y decoración, entendí que claramente no estaba en mi habitación. Por lo tanto esta no es mi cama, esta no es mi almohada y tampoco me encuentro en casa, lo que sólo me hizo inquietarme en grandes cantidades por pensar que pude haber cometido alguna otra estupidez.

¿Cómo demonios terminé de nuevo en este lugar? ¿Por qué estoy en la habitación de Yibo?

—Maldicion, ¿que hice anoche?

Traté de calmarme, de regularizar mi respiración y pensar en alguna idea para salir de aquí sin ser visto. No entiendo por qué de repente despierto en su departamento y tampoco se cómo fue que llegué aquí. No quiero siguiera imaginar la posibilidad de haber bebido y buscarlo como tantas veces lo he pensado, no puede ser eso, no. Me niego a creer que algo así pasó.

Aún con el dolor en mi cabeza y el repentino mareo que apareció cuando me puse de pie tan rápido, busqué mis zapatos y al terminar de ponérmelos, caminé sigilosamente hacia la puerta.

Abrí con sumo cuidado, mirando en todas direcciones para descartar su presencia y al tener el camino libre, me atreví a salir de la habitación y caminar a la sala, pero supe que mi día ya había sido escrito como uno muy malo cuando escuché voces venir desde la sala. Parecía una discusión.

—Debes entender, no puedo dejarlo así.

—Tú eres quien debe entender, los negocios tienes que llevarlos a cabo tú en persona. No es algo que puedas dejar botado a la ligera.

Parecía ser la voz de Yibo, pero la de la otra persona no pude reconocerla, aunque parecía ser una mujer.

—Ya escuchaste al médico, no pienso dejarlo en este estado.

—¡¿Entonces que esperas que...?!

Definitivamente no era un día bueno para mi. Terminé llamando su atención cuando retrocedí un poco y mi brazo chocó con un florero, consiguiendo que éste termine estrellándose en el suelo.

Reaccioné al instante y me arrodillé en el suelo para recoger los pedazos del cristal, cuidando no cortarme con alguno de ellos en el intento. Escuché pasos acercándose en mi dirección y, si bien no tenía un plan, de todos modos tenía que disculparme y pagar por el objeto destrozado por mi. Sin embargo, no quería ni mirar a la cara a Yibo.

—Zhan, ¿que... —hizo una pausa, mientras que yo no quise siquiera mirar hacia arriba —deja eso, te puedes lastimar.

Vi por el rabillo de mi ojo que se acercó a mi y lo confirmé cuando tocó mis manos y quitó con cuidado los trozos de cristal, poniéndolas en algún otro lado. Sostuvo mis manos y podría jurar que al momento en que sentí la calidez de las suyas, me sentí terrible, tanto que deshice el agarre entre ellas. No porque no me gustara la sensación de su tacto, sino porque todavía seguía presente lo sucedido y me era imposible no sentirme mal, aunque quiera ser tocado por él, abrazarlo y no dejarlo ir, es un derecho que perdí por imbécil.

I Have You (YiZhan) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora