Capítulo 11

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[Culpables]




Wang Yibo

Una vez más estaba repitiéndose la escena, la habitación en silencio, el frío colándose por la ventana y al despertar me veía buscando el cálido cuerpo que ya no estará más a mi lado por las noches. Me había acostumbrado tanto a él, a su presencia que me era inevitable no tantear su lado de la cama para abrazarlo.

Era sofocante saber que él ya no estaba.

—Es tan frustrante que no esté aquí —murmuré para mi solo.

Que tan masoquista debía ser para imaginar que al despertar estaría sentado junto a mi y vería esa sonrisa temprano por las mañanas, sentirlo acurrucarse a mi lado cuando tenía frío y escucharlo reclamar cuando le hiciera bromas durante el desayuno. Definitivamente esto está siendo como recibir una patada en las costillas.

Tal vez no estuvo bien ir al negocio y decir que me iría, pero cuando lo vi, por un instante recordé a aquella chica en su cama y el dolor me hizo hablar de más. Originalmente lo que yo quería era simple, ir y hacerles saber que no trabajaría más con ellos pero terminé provocando que sus ojos se llenaran de lágrimas.

Debía ser sincero, a pesar de lo qué pasó jamás tuve la intención de vengarme de alguna manera o si quiera hacerlo sentir culpable por eso, lo único que intentaba era dejar de pensar pero al parecer terminé haciéndolo más confuso.

Para ser sincero, en ese momento me sentí horrible, no debí haber abierto la boca en primer lugar.

—Que más da... de cualquier modo se iba a enterar.

Tomé un baño y luego de vestirme, me llevé una manzana para comerla de camino ya que se me había hecho un poco tarde y debía llegar a tiempo. Una vez que estuve dentro de mi auto y me puse en marcha a mi destino, con la música de fondo y un poco de tráfico, instintivamente giré mi cabeza hacia mi derecha en el asiento del copiloto. Una prenda color beige se encontraba encima y me resultaba extraño porque no parecía ser mío.

Aprovechando que el semáforo seguía en rojo, la sujeté y me di cuenta de que era el abrigo de Zhan, pero no tenía idea de que lo hubiera dejado en mi auto y mucho menos que hayan pasado días y no me percaté ni por un segundo de que estaba allí. Lo acerqué a mi e inmediatamente el aroma a durazno invadió mis sentidos.

Tanto tiempo y aún seguía teniendo un buen aroma.

El semáforo se puso en verde nuevamente y sabiendo que era aún más tarde, aumenté la velocidad para llegar lo más rápido posible, aunque de todos modos vaya a recibir sus sermones. Puse el abrigo de vuelta en el asiento y aparqué el auto. Era impresionante el frío que estaba haciendo en la ciudad últimamente y eso que aún no estábamos en total invierno, y yo que decidí dejar el mío en casa para no cargar tanto peso.

Cerré la puerta y caminé unos pasos hacia la entrada pero una ráfaga de viento me detuvo.

No puede ser.

Entré al restaurante y la busqué con la mirada hasta que la encontré, me hubiera sido más fácil preguntar por ella pero honestamente, lo que menos quería era hablar con otras personas.

—Llegas muy tarde —me dijo sin siquiera voltear a mirarme una vez que me acerqué —¿tienes idea de cuánto tiempo llevo esperándote?

—¿Diez minutos? —lancé.

—Casi una hora, Wang Yibo —arremetió —es increíble hasta donde llega tu cinismo.

—En fin, ¿por que me pediste vernos tan temprano? —le pregunté.

I Have You (YiZhan) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora