Tres:

55 11 0
                                    

Tirando la toalla a un lado, Louis abrió un cajón y sacó un par de calzoncillos boxer de color amarillo. Apenas había entrado en ellos cuando se produjo un golpe en la puerta.

Zayn dio un salto atrás ante el sonido, descendiendo sobre los
codos en el colchón.

Gruñendo, Louis pisoteó hacia la puerta y la abrió. ―¿Qué?

―Manten la maldita puerta abierta. ―El padre de Louis estaba en el otro lado. En una mirada el consiguió el estado de desnudez de Louis y la posición de Zayn en la cama sin hacer.

―Es mi habitación.

―¡Tú no estas haciendo nada de esas cosas desviadas en mi casa!

―No es asunto tuyo lo que yo hago en mi habitación que yo pago. No te atrevas a olvidar quien te ayuda a pagar las cuentas.

―No tires eso en mi cara de nuevo, pequeña mierda. Yo no voy a tener ninguna de esas cosas pasando en mi casa.

―Manténte fuera de mis asuntos.

―¡No bajo mi techo!

―Si te vas a la mierda de aquí podre vestirme y saldremos de aquí.

Se miraron el uno al otro. El padre de Louis era sólo un poco más alto que Louis, más bajo que Zayn, pero él era más amplio. Zayn se sentó, cuidando que los puños del hombre se acurrucaran a su lado. Padre o no, el hombre no iba a golpear a Louis si Zayn podía evitarlo. El movimiento de Zayn llamó la atención del padre de Louis. Miró a Zayn sobre la cabeza de su hijo, luego a Louis. ―Deja la puerta abierta y date prisa y sal con un infierno de aqui.

Él salió furioso. Louis cerró la puerta tras él.

―¡Maldita sea!

―Vete a la mierda ―gritó Louis a través de la puerta.

―Don, ¡por favor! ―Llegó el suplicante sonido de la madre de Louis.

El sonido de su discusión continuó, pero nadie volvió a la puerta.

Con el corazón en la garganta, Zayn vio a Louis arrebatar ropa de su armario. Nada del otro mundo, nada femenino. Zayn tenía la esperanza de uno de los vestidos de Louis, pero parecía que estaba sin suerte. No es que no se llevaría a Louis de la manera que lo pudiera conseguir. Pero la falta del vestido o el maquillaje significaba que Louis estaba lejos de ser feliz. Louis no lo miraba. Se metió en unos pantalones vaqueros rasgados y un suéter azul de gran tamaño. Zayn pensó en recordarle que ellos iban a un restaurante de lujo para la cena, pero decidió contener su lengua. Había entregado un deposito de reserva. Louis no se veía como si estuviera de humor de todos modos.

Finalmente Louis se dejó caer sobre la cama junto a él, los zapatos y zapatillas en la mano. ―¿Todavía quieres salir?

―Sí. ―Incluso si Louis no lo hacia, Zayn iba a hacer todo lo posible para que su amante se fuera de la casa.

Louis asintió con la cabeza, su perfil oculto por los mechones castaños mojados. ―No deberías haber venido ―murmuró, inclinándose para poder ponerse sus calcetines.

―Lo siento. ―Zayn quiso decir más. Quería preguntarle qué estaba pasando. Quería tomar a Louis en sus brazos y alejarlo de esta casa. Quería sacudir al insensato padre de Louis. Pero lo único que podía hacer era pedir disculpas.

―Tú ... ―Los codos en las rodillas, cabello goteando sobre la alfombra a sus pies, Louis negó con la cabeza― No deberías haber venido. ―Hubo un sollozo al final de esa frase.

Zayn se acercó antes de pensar en ello. Su brazo fue alrededor de esos hombros delgados a tiempo para sentir el temblor de constricción en el pecho de Louis.

―No. ―Louis se lo sacudió, inclinandose de nuevo para terminar de ponerse sus zapatos― No aquí. ―Él dejo que la mano de Zayn permaneciera en su espalda mientras ataba los zapatos. Se levantó y fue a arrebatar su chaqueta de mezclilla de la silla del escritorio. Revisó los bolsillos, presumiblemente por su billetera y teléfono celular. ―Vamonos.

Animado por el hecho de que Louis lo hizo, al menos, quería irse con él, Zayn se levantó. Conscientemente dejando una de las dos cajas de chocolate en la cama detrás de él, siguió a Louis por la puerta.

―Nos vamos ―grito Louis hacia la cocina a su paso.

Él no miró hacia la sala pero Zayn lo hizo. El padre de Louis estaba de vuelta en su juego de baloncesto, haciendo caso omiso de ellos.

La madre de Louis salio apresuradamente de la cocina detras de ellos. ―¿Volverás esta noche?

Louis abrió la puerta, sin mirar atrás. ―No.

―Está bien. ―Llegó a la puerta, justo después de que Zayn cruzó el porche ―Llámame mañana ―gritó detras de su hijo, quien se dirigía ya por el camino.

Louis hizo un gesto con la mano en el aire.

Ella miró a Zayn y trató una sonrisa. Ella no pudo. Lágrimas en sus ojos. ―Fue un placer conocerte, Zayn. ―Ella unio su mano ―Espero que podamos... ―Sus palabras se extinguieron.

Él espero que su intento de sonrisa fuera mejor que el suyo le tomó la mano y se la apretó. ―Yo también.

Louis estaba en la puerta del pasajero del coche de Zayn, de espaldas a su casa, su espalda tiesa a la baqueta. Tan pronto como Zayn utilizó su llave para abrir las puertas, Louis la tuvo abierta.

Zayn entró y arrancó el coche. ―¿A dónde?

La mirada vacía de Louis se habia fijado en el pestillo de la
guantera. ―No me importa. Lejos.

zouis ;; asuntos familiaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora