capítulo 7: Seguir cada flecha

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"Flecha"

Draco no supo cuanto tiempo había estado en el suelo de rodillas ¿llorando? Por lo que pudiese haberle sucedido a Hermione. El tiempo era irrelevante en ese momento, en esa celda. Sabía que era de día cuando había sol, y que irremediablemente era de noche durante la oscuridad, y aunque, su celda todo el tiempo estaba a oscuras, aprovechaba los breves lapsos que los rayos solares iluminaban por ciertos momentos su celda.

En realidad, pudieron haber pasado diez minutos, quizá treinta, le era imposible medir el tiempo ahí, pero para él era demasiado, estaba desesperado y sumamente horrorizado. Estaba totalmente seguro del tipo de daño que Greyback era capaz de ejercer, ese malnacido siempre se jactaba de ello en todas partes.

Agradecía a Merlín nunca haber presenciado el tipo de actos deshonrosos, porque para él lo eran, pues su padre le había enseñado desde pequeño que, a una mujer, nunca jamás se le forzaba a hacer algo que no quisiera. Una de las pocas buenas enseñanzas que le dejó.

Golpeo con su puño al suelo en un acto de frustración, tal vez el dolor de su mano le permitiese desviar sus pensamientos. Alzó la mano y pudo visualizar hilillos de sangre recorriendo sus nudillos. Comenzó a abrir y cerrar el puño varias veces, cuando notó que su marca en el brazo le ardía, ¿cuánto tiempo había estado sucediendo y él no se había percatado de ello? no lo sabía, pero creyó que lo más seguro era que, El innombrable los estuviera convocando a todos. Nunca más le llamaría Su señor, o Lord, para él ya no lo era, quizá nunca lo fue, decirle Voldemort, le provocaba escalofríos. Mejor le llamaría de esa manera a partir de ese momento.

Apretó su brazo tratando de redimir el dolor, cuando escuchó pasos que se acercaban apresuradamente y maldiciones lanzadas al aire por un furioso hombre lobo que abrió la puerta con rapidez y lanzó a la chica, ahora sollozante y con la ropa rasgada al suelo de la celda que compartían.

-Esta vez nos interrumpieron gatita, pero te prometo que pronto terminaremos lo que comenzamos- exclamó Fenrir Greyback, relamiéndose los labios de manera descarada.

Hermione abrazo sus rodillas mientras ocultaba su rostro en sus brazos, el hombre lobo salió con rapidez, murmurando maldiciones a su paso y alejándose por fin de la celda.
Draco intento acercarse a la castaña, quien percibió sus movimientos.

-No, por favor, por favor no me toques. Una sollozante Hermione se apretujo más hacia la pared.

-Tranquila, te prometo que no te haré nada-. Dijo mientras se acercaba despacio colocando sus manos hacia al frente, intentando tranquilizarle con ese gesto.

Hermione alzó su rostro por primera vez y Draco logró percibir sus labios rotos, un moretón en la esquina izquierda de su labio inferior, unas cuantas marcas rojizas en su cuello. Él cerró sus ojos con fuerza, deseando poder hacer algo para evitar que se la llevará aquel maldito.

El rubio se quitó su sacó negro con parsimonia, colocándolo sobre los hombros de la chica y se sentó aún lado de ella, quien a su vez colocó su cabeza sobre los hombros de Draco, sollozando con más fuerza.

-Él estuvo a punto de... estuvo a punto de...- exclamó la chica casi en estado de shock.

Draco la abrazó con más fuerza, queriéndole transmitir una calma que ni el sentía, pero creía que era su obligación hacerla sentir mejor, pues había fallado, no la había protegido ni un poco.

-Lo siento- le dijo él mientras pasaba varias veces su mano por la espalda de la castaña- Te prometo, que jamás volverás a pasar por lo mismo, mientras estés conmigo.

Ninguno se movió de su lugar, ninguno supo cuánto tiempo siguieron así, él abrazando a la chica y ella, dejándose hacer mientras lloraba en su pecho. Hasta que ambos se quedaron dormidos.

.

A la mañana siguiente, Draco se despertó adolorido del cuello y brazo derecho, volteo hacia abajo y encontró a la castaña dormida, acurrucada sobre su pecho. Algo comenzó a abrirse paso dentro de él, no supo en que momento, tal vez desde la escuela, pero, ahora encerrado con ella, sintió por primera vez la necesidad de protegerla, como no pudo hacerlo con su madre; de velar por ella, ser su guardián o quizá mas que eso.

Una nota colándose a través de su ventana, lo sacó de sus cavilaciones, con mucho cuidado de no despertar a la chica se levantó y se dirigió tomando la nota, se regresó sentándose de nuevo en el suelo, la abrió y leyó con atención.

"En una hora, un mortífago bajo la maldición imperius abrirá la celda y les entregará una varita, también les dará un mapa de Azkaban. Los estaremos esperando en las afueras de la prisión, deberán seguir cada flecha en el mapa, las cuales los conducirá por algunas de las salidas marcadas".

Notó como Hermione comenzaba a incorporarse lentamente y en silencio le acercó la nota para que también pudiera leerla.

-Te encuentras bien- le preguntó al no poder soportar el mutismo de la chica.

-Estoy mejor, gracias- respondió ella tratando de quitarse el saco para regresárselo.

El, al notar su casi desnudes, interrumpió el acto de la castaña.

-Quédatelo, lo necesitas tu más que yo.

-Gracias Malfoy- Hermione se volvió a colocar el saco el cual le quedaba algo grande de las mangas y se abotonó tratando de tapar la parte de arriba de su cuerpo lo más que se pudiese.

-Esto significa mucho para mí, de verdad.

Draco se sintió algo incómodo ante las palabras de quien en un tiempo la consideró su enemiga.

-Es lo mínimo que puedo hacer Granger.

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