Capitulo 20

443 26 9
                                    

Pov Estefania

Cuando desperté en la sala de hospital sentí mucho miedo en lo que podría haberme pasado el dolor había sido muy fuerte que pensé que me moría.

Una parte de mi penso que había sufrido un aborto espontáneo pero no hubo sangrado, como tampoco estaba embarazada.

O eso pensé hasta que la enfermera me lo dice, yo y mi negación no lo queríamos aceptar. No puedo imaginar tener algo dentro de mi y después pueda sufrir un daño.

Ver en los ojos de Eduardo ese brillo de saber que seremos padres, de una criatura hermosa que se que saldrá de nosotros.

—Mi lenteja— toque mi estómago, había dormido un par de horas. Y Eduardo no estaba a mi lado, solo éramos la lenteja y yo.

Mi sonrisa era única de solo pensar que en unos meses más iba a tener al bebé entre mis brazos, como tanto he soñado estos años. Pero que por fin se logró junto a la persona que realmente quiero para toda mi vida, la única que conoce cada parte de mi y mi vida.

—Permiso— escuche que abrieron la puerta dejándome ver a una Bai, con una bandeja en sus manos— debes alimentarte.

—Gracias— acomode la bandeja que ella había dejado encima de la cama, traía todo lo que más amaba.

Sabia perfectamente que Eduardo antes de salir debe haber dejado como orden que me cuidaran como si fuera lo más preciado en este mundo.

Y bueno ahora si lo era para el.

—Mis hermanos salieron rumbo a la empresa, lo más probable es que lleguen en un par de horas.

Camilo ayudando a Eduardo en algo nada que ver a lo que el hace.

—Supongo que meterá a Cami a hacer mi trabajo mientras yo vuelvo a estar disponible.

—Eso supongo— ella se encogió de hombros.

Había prendido mi celular dándome cuenta que tenía un montón de mensajes que ahora no me iba a dar el tiempo de leer pero la mayoría nos felicitaba por el embarazo, y esas cosas que le dicen a las mujeres embarazadas.

—¿Lenteja?— Bai miro su celular— ¿así le dicen mientras?.

—Supongo que le decimos así por que es del porte de una— tome un sorbo de lo que era jugo de manzana.

—Emilia tendrá un primo o prima— hablo sonriendo— y solo se van a llevar un par de meses.

Me hacia mucha ilusión eso.

—¿Cuando es que tiene fecha?.

—Dicen que el 5 de enero— saco de su bolsillo un chicle siempre andaba con ellos para todos lados.

—No falta nada— de solo pensar también que pronto tendré a mi sobrina en mis brazos.

Y que va a llegar a alegrar la vida de todos era increíble.

Me terminé de comer gran parte de lo que me había traído mi cuñada, no sentía mucha hambre aún así tuviera que alimentar a la lenteja.

Sabia perfectamente que el tema del vestido ya no lo iba a poder ver con la chica que tenía pensado, así que tendría que verlo acá en Santiago.

Igual había un montón de lugares que habíamos visto que tenían modelos bien bonitos, así que eso lo vería con ayuda de mi mama y mi suegra.

La tarde pasó muy rápido y yo sin hacer nada estaba totalmente cansada.

—Mi niña por que mejor no se va a acostar— me decía la Tía Pame, cuando me vio estar casi durmiendo en el sillón.

—Si eso hare— me levante, y luego de decir buenas noches. Camine hasta la habitación, los hermanos aún no llegaban pero eso era por que de que había trabajo lo había.

No me dejes || Eduardo VargasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora