Capitulo 21

390 22 0
                                    

Lograr que Eduardo me dejara fue bastante extraño más que nada por que es un paranoico con el tema del embarazo.

Llevo dos días acá ya que mañana es 31 y debemos volver a viajar a Chicureo donde pasaríamos el año nuevo.

—Entonces le mandamos esto a la señorita Amalia— pregunto Julia quien estaba sentada frente a mi.

—Si, por favor— ella asintió, y luego salió de la oficina.

Tenia un caos con el tema del producto que ya había salido a la venta, era tan furor que  ya vamos en la edición cinco.

Y si esa se agotaba tendríamos que estar haciendo constantemente. Por otro lado tenía que ver el tema con Levauty y los perfumes que quiere sacar a la venta.

—Estef necesito que firmes la idea de que seas rostro del perfume.

Había entrado Diego mi abogado con los papeles, ya estaba estresada.

—Listo— se lo entregue— puedes llamar a Clara por favor.

Pasaron unos minutos hasta que ella aparecio por la puerta.

—Digame señorita— hablo con su carpeta en mano, como siempre andaba.

—Necesito que hagas una reunión para el 8 de agosto, donde hablaremos algunos temas— ella comenzó a anotar en su carpeta— llama a Levauty ellos son los que necesito que estén, y alguno que otro empresario.

—Todo claro ¿algo más?— pregunto levantando la mirada.

—Eso por ahora.

También me había dejado sola, me había echado un dulce a la boca cuando sentí las ganas de vomitar.

Con Eduardo era muy poco lo que nos habíamos topado dentro del día, lo que estaba haciendo le ocupaba todo el tiempo.

Y yo que también tenía un montón de cosas que hacer, no logramos ni salir a almorzar juntos.

—Viendo la hora me di cuenta que ibas a aparecer— me levante de la silla, cuando lo vi entrar.

Venia a buscarme como lo había estado haciendo, lo único bueno es que sabia a la hora que terminaba y no se pasaba de esa hora.

—Si venia por mi novia y lenteja— beso suavemente mis labios, y luego le dio un beso a mi vientre.

Era una costumbre que había comenzado a tener, desde que nos enteramos hace un par de días de la criatura.

Aún no le regalo el departamento a mi cuñado, pero es lo que quiero hacer. Se que el tenerlo aún no servirá de mucho, por que viviré con Eduardo.

—¿No vamos a la casa?— le pregunte, y el freno en el semáforo.

—Recuerda que nos vamos donde mis padres— hablo— para eso hiciste el bolso en la mañana.

—Ando con la cabeza en las nubes— le pedí que prendiera el aire acondicionado, a ver si eso me despavilaba un poco.

En el camino pasamos por el supermercado siempre era la misma rutina cuando íbamos hacia allá.

—¿Compras que tu mami te pidió?— le pregunte, cuando comenzó a echar cosas nada que ver a lo común.

—Si, tu cachai como es— coloco unas sopas de esas instantáneas.

Yo fui colocando cosas que me servían para mi, o para nuestra casa.

—No hay espirales— mire todas las repisas, yo amaba esos fideos.

—Amor coloca otros entonces— puso los de colores que comía Bai, y yo tuve que meter unos que parecían caracoles.

No me dejes || Eduardo VargasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora