Ciudad Subterránea

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CAPÍTULO I
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Nada

Es lo que sentía en ese momento. Vio como esos hombres mataban a sus padres para después someterla y llevarla a la ciudad subterránea. A decir verdad, no le importaba lo que fueran hacer con ella, no tenía nada ni nadie por quien pelear, lo que le pudieran hacer ya no le importaba.

— Nos darán buen dinero por ella. — Dijo uno de los hombres.

— Podremos venderla a Madame Rose, nos dará una buena paga y ella ganará mucho con está niñita. Ya no hay más asiáticas y es muy joven, le podrá sacar mucho provecho.

— Madame Rose estará complacida con ella, pero tenemos que llevarla después de recibir los suministros de la superficie.

Uno de los tres sujetos cubrió la cara de Mikasa con un saco y la llevó arrastrando como si de un animal se tratará. Mikasa escuchaba como hablaba con otras personas y sintió como la cargaban y la subían en una carreta. Está se movía a gran velocidad, de un momento a otro escucho gritos de sus captores y otras voces desconocidas.

— Aquí están estas malditas ratas, llévate a la niña, nosotros nos haremos cargo de ellos.— Sintió como uno de los hombres la llevaba cargando en uno de sus hombros.

— ¡Hermano! Salva a esa niña, no dejes que se la lleven. — Mikasa escuchó la voz de una mujer. — Farlan y yo nos haremos cargo de esto.

— Tks... está bien, iré por esa mocosa.

Fue cuestión de minutos cuando un golpe en la espalda de su secuestrador los derribó a ambos, el saco que cubría su cara fue quitado por un joven de cabello negro y ojos azules naval.

— ¿Cómo te llamas mocosa? Me llamo Levi. — Levi corto con una navaja las sogas que mantienen prisioneras sus manos.

— Mikasa Ackerman. — Susurro.

— Maldita rata, me las pagaras. No te llevarás a esa niña.

Mikasa vio como Levi se levantaba rápidamente y atacaba con su navaja al sujeto. Levi era muy bueno peleando, estaba a punto de matar a ese hombre cuando el otro ladrón apareció y golpeó a Levi en la cabeza aturdiéndolo. Mikasa solo estaba parada observando todo, observaba cómo peleaban y ella no hacía nada y en un momento el tercer ladrón llegó para llevársela; Levi al percatarse de eso le lanza su arma y cae a los pies de ella.

— ¡Mocosa! ¡Pelea! — Le gritó Levi. — Pelea para sobrevivir.

En ese momento Mikasa sintió que una corriente eléctrica recorría todo su cuerpo y en ágil movimiento apuñalaba al hombre que se acercaba a ella. Levi le arrebató la navaja a Mikasa y se encargó de los otros dos hombres que trataban de escapar. Escucharon como unos pasos se acercaban a su posición y Levi se puso en posición de defensa, pero se relajó cuando vio que los que se acercaban eran sus hermanos.

— Levi... ¿pero qué pasó? —. Preguntó Farlan.

— Hermano mayor ¿Estás bien? Perdónanos, tuvimos que ir a dejar los suministros y pensamos que habíamos dejado inconscientes a esos tipos. — Decía Isabel.

Mikasa se encontraba escondida tras de Levi y solo escuchaba como conversaba con lo que parecía eran sus hermanos.

— Tks... Esos idiotas eran unas ratas, pero la mocosa fue de ayuda. —. Dijo Levi. — Mikasa, ellos son Isabel y Farlan.

— Hola Mikasa ¿Dónde están tus padres? Podemos llevarte con ellos. — Habló Isabel.

— Están muertos.

— ¿Dónde está tu casa? ¿Tienes a otro familiar? —. Preguntó está vez Farlan.

— Mi casa estaba en las montañas de Shiganshina y solo éramos mis padres y yo... iba a tener un hermanito... Ahora no tengo a donde ir.

Isabel y Farlan voltearon a ver a Levi y él sabía lo que le pedían. Ellos querían hacerse cargo de ella, y él— aunque no lo dijera abiertamente— también pensó en eso al escuchar la historia de Mikasa. Odiaba la crueldad del mundo y odiaba como esa pequeña niña había pasado por tanto.

— Mikasa —. Habló Isabel. — ¿Quieres ser parte de nuestra familia?

Mikasa se encontraba sorprendida, no esperaba que esos desconocidos se preocuparán por lo que podría pasarle, no pudo evitarlo y pequeñas lagrimas salían de sus ojos.

— Vamos Mikasa, vayamos a casa.— Dijo Levi.

Levi iba adelante de todos, Isabel tomó la mano de Mikasa e iban caminando junto a Farlan, hablaban de cualquier cosa para distraer a Mikasa. Finalmente llegaron a casa y le mostraron donde dormiría y la rutina que tenía cada uno.

— Tú dormirás conmigo. Farlan y Levi duermen en la otra habitación, oh y casi lo olvido, los sábados hacemos limpieza y te advierto que Levi es muy quisquilloso con la limpieza.

— Tks. Qué no sean buenos limpiando no es mi problema.— Gruñó Levi.

Con el pasar de los días Mikasa se empezó a sentir más cómoda con su nueva familia. Levi le enseñó su modo de limpieza para que lo hiciera correctamente y Mikasa aprendía rápido, también conoció un poco de la historia de sus hermanos. Supo que ellos eran ladrones que robaban a los traficantes de la ciudad subterránea, Mikasa quería ayudarlos así que le pidió a Levi que la entrenara, él aceptó solo para que supiera defenderse. Farlan e Isabel se sorprendían de la fuerza y agilidad de Mikasa, Levi le enseñaba a usar sus "debilidades" y fortalezas a su favor y ella era una muy buena aprendiz. También Mikasa se encargó de enseñarles a leer y escribir, ya que por la vida que tenían no habían aprendido a hacerlo e igual que Mikasa, ellos fueron aprendiendo de forma rápida.

Un año y medio pasó, y ahora Mikasa no imaginaba una vida sin su nueva familia. Farlan era muy bueno escuchando, además de ser muy bueno ideando planes de todo tipo y un abrazo suyo llenaba de calidez su corazón, Isabel le daba color a sus días con sus locuras y Levi la hacía sentir segura y amada, con él podía ser ella misma, entendía cómo se sentía cuando las pesadillas de la muerte de sus padres la atormentaban y él siempre estaba dispuesto a escucharla o solo estar a su lado mientras él le preparaba un té.

Mikasa esperaba que su familia llegará, hoy robarían una carga que llegaría de la superficie y podría ser más peligroso, además ella no tenía un equipo tridimensional como ellos. Por la puerta entraron sus hermanos pero venían con las manos vacías y eso la alertó.

— ¿Están bien? ¿Qué ha pasado? —. Preguntó Mikasa.

— Nos han ofrecido la ciudadanía en la superficie. — Respondió Farlan.

— Eso es genial, cuando salgamos de aquí podremos contemplar el cielo, veremos las estrellas juntos. Quiten esa cara de espanto, esto es bueno para todos.

— Tenemos una condición para que podamos salir de aquí.— Dijo Isabel.

— ¿Y cual es?

— Tenemos que matar al Sub-Comandante de la Legión de Reconocimiento. Tendremos que matar a Erwin Smith. 

What If?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora