What If?

Clan Azumabito

CAPÍTULO XVIII 

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El sol aún no hacía su aparición, pero Mikasa no podía seguir durmiendo; por lo que se movía tratando de encontrar una mejor posición para conciliar el sueño, al final se rindió y se acomodó en el pecho de Levi.

— Oi, mocosa ¿Qué sucede?— Dice Levi. Los constantes movimientos de Mikasa lo habían despertado.

— No puedo dormir, lamento haberte despertado.

— ¿Sucede algo? Desde antes de dormir te noté un poco intranquila.

— No sé, tal vez sea por la visita de Hizuru. No sabemos con qué intenciones vengan.

— También he pensado mucho en eso. Pero no sabremos cómo actuar hasta que nos reunamos con ellos. Es mejor que volvamos a dormir.

Mikasa volvió a conciliar el sueño tras las caricias que Levi le hacía en el cabello. Despertó cuando sintió que Levi ya se había levantado, lo busco por la habitación y lo vio terminando de arreglarse.

— Buenos días mocosa.

— Buenos días, enano.— Levi chasqueó la lengua por aquel apodo, maldecía a Hange por pegarle ese apodo a Mikasa.— ¿No es un poco temprano para que te alistes?

— Historia no tarda en llegar, Hange y yo le daremos la bienvenida.

— De acuerdo, nos vemos después.

El azabache se despidió con un pequeño beso y salió de la habitación. Mikasa se quedó por un par de minutos sentada en la orilla de la cama, pero decidió que era mejor arreglarse y estar lista para la llegada de los de Hizuru.

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Hange, los capitanes de la legión, Eren y Yelena junto a sus hombres, se encontraban reunidos en el puerto en espera de la llegada de los embajadores de Hizuru.

Al puerto arribó la embajadora Kiyomi Azumabito y su equipo diplomático. Mikasa sintió curiosidad al ver a Kiyomi, ella tenía los mismos rasgos orientales que su madre, pero cuando la Azumabito la vio, no despegaba los ojos de ella. Su mirada la incomodaba y Levi se percató de aquello, él tomó su mano para darle calma y sin ningún otro inconveniente ingresaron al salón donde se realizaría la reunión.

— Ella es la reina Historia Reiss, gobernante de Paradis.— Las presentó Hange

— Sea bienvenida a Paradis Kiyomi Azumabito.— La saludó Historia.

— Agradezco su bienvenida.— La pelinegra se gira un momento y toma una manta con un escudo con tres espadas que formaban una "A".— ¿Reconoce este escudo familiar?— Le preguntó a Historia, pero la mirada de Kiyomi estaba puesta en Mikasa.

La Ackerman no pudo evitar sorprenderse, ella tenía ese escudo tatuado en su muñeca, el cual siempre mantenía vendado. Su madre le había dicho que no se lo mostrara a nadie, sin embargo, sus hermanos y Levi conocían de aquel tatuaje.

— ¿Qué quieres hacer, Mikasa?— Susurró Levi.

— No estoy segura, podríamos tener alguna ventaja si la muestro. Kiyomi no deja de observarme, ella podría saber del clan de mi madre.

— Te apoyaré en lo que decidas.

Mikasa suspiro y fue retirando la venda de su muñeca. Cuando quedó al descubierto, los miembros de Hizuru se encontraron muy sorprendidos.— Está es una marca que mi madre y mis antepasados me han transmitido. Ella me dijo que se la pasara a mis propios hijos.