EPÍLOGO

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"Nuestro universo otorga a cada alma un gemelo, un reflejo de sí misma, el espíritu afín, y no importa dónde estén o cuán lejos estén unos de otros, incluso si están en diferentes dimensiones, siempre se encontrarán. Esto es el destino; esto es amor".

-Julie Dillon-

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El amor y la vida está llena de diferentes colores y matices, hay días donde sentirás que el amor es solo sufrimiento y todo a tu alrededor parecerá gris, que no hay nadie que pueda amarte, sentirás tú mundo desmoronarse y querrás rendirte; habrá otros en los que veas el mundo de color rosa, encontrarás ese amor, no el que imaginabas en tus fantasías, sino aquel que te acepta, te apoya y te hace ser una mejor versión de ti, en ese momento todo parecerá felicidad y guardarás esos recuerdos en tú memoria.

Aristóteles decía que el amor se compone de una sola alma que habita en dos cuerpos, sin embargo, creo que el amor es una palabra muy corta para todo lo que puede significar. Puedes amar a tú familia, amigos, a una canción, algún libro o un atardecer. En el caso de Levi, él vivía enamorado de una chica de ojos del color de la luna.

Levi Ackerman era jefe de cirugías del hospital María; su vida era el hospital y de vez en cuando, tenía alguna aventura de una noche. No estaba en búsqueda del "amor de su vida" o "alma gemela". Aquello le parecía una tremenda tontería, sin embargo, tuvo que tragarse sus palabras cuando conoció a Mikasa.

Caminaba por las calles aledañas a su departamento, había tenido un turno muy pesado y lo único que quería era despejar su mente. Estaba tan distraído que no se percató que una chica venía de la misma dirección; chocaron y el café que ella llevaba mojó su camisa blanca. Los insultos no se hicieron esperar, pero cuando levantó la vista para seguir maldiciendo a la persona responsable, lo único que pudo hacer fue callarse, mientras que ella se disculpaba de mil y un formas. Pero él se había quedado absorto al ver aquellos ojos grises, aquella cara que sentía que había visto miles de veces, su voz le hizo olvidar el enojo y los problemas que lo habían hecho chocar

La chica se presentó como Mikasa Ackerman y se ofreció a pagar la tintorería; aunque también le recrimino no haber visto por dónde iba. Empero, aquella era una fachada por parte de Mikasa para controlar los nervios que el desconocido causaba en ella. Acordaron verse de nuevo para arreglar el desastre de aquel café; cuando cada uno volvió a tomar su camino, quedó en ellos el anhelo de verse de nuevo.

La segunda vez que se vieron pudieron conversar más; ninguno de los dos podía explicar lo que el otro lo hacía sentir, era una familiaridad instantánea, una sensación de conexión, un anhelo de permanecer junto al otro; y esa fue la primera de muchas salidas que tuvieron.

Fue así que Levi comenzó a creer en las almas gemelas, porque no encontraba otra explicación a lo que había ocurrido, Mikasa había hecho que su vida cobrará sentido. Su relación era nueva, pero él sentía un vínculo más viejo, uno que no podía formarse en tan poco tiempo, ¿acaso lo que pensaba tenía sentido?, ¿era posible sentirse tan cercano a alguien que llevas poco tiempo conociendo?, ¿por qué no hubo dudas al pedirle compartir sus vidas?, ¿por qué se siente como su hubieran vivido esto antes?

La respuesta era sencilla para aquellos que conocieron su amor y todas aquellas dificultades a la que se tuvieron que enfrentar, porque eran dos almas que se reencontraban, dos almas que se habían estado buscando sin ser conscientes de ello, porque Mikasa lo había dicho en su primera vida.

"Mi amor por ti es mucho para solo amarte en una vida".



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