Capítulo 1.

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EN ALGÚN LUGAR DEL MEDIO ORIENTE: 06:00

Jung Hae-In se sentó afuera en su lugar improvisado. El sol ni siquiera se asoma por el horizonte mientras sus botas patean la arena. Sostiene una imagen entre las yemas de los dedos, mirando detrás de ésta de vez en cuando.

"Espero que estés a salvo ahí fuera. Te extrañamos, xoxo
- Tus dos ángeles favoritos."

Sonríe mientras observa a quienes son de hecho sus dos personas favoritas en todo el mundo, su hija de cinco años y su hermosa esposa. La forma en que tuvo tanta suerte todavía lo dejó boquiabierto.

Cuando Jisoo estaba embarazada, hizo todo lo que pudo para estar allí con ella, incluso consiguió un trabajo en una pizzería, lavando platos, lo que apestaba. Dejó de coquetear con otras chicas, y dejó de salir a bares con amigos sin siquiera darse cuenta; fue entonces cuando asumió que realmente la amaba y fue entonces cuando decidió que tenía que quedarse con ella. No fue hasta que dió a luz a Hana que le propuso matrimonio y, sorprendentemente, ella dijo que sí.

Se casaron después de graduarse de la escuela secundaria y él simplemente sabía que no podía proporcionar una vida equilibrada para su familia lavando platos, por lo que se deshizo de su bonito cabello oscuro sin decirle a Jisoo y cuando ella lo vió calvo, fue cuando le dijo que se alistó. Jisoo estaba enojada y molesta al principio, incluso lo golpeó, pero entendió por qué lo hizo. Ahora tenían una vida mejor de la que él jamás hubiera imaginado, el único inconveniente era estar lejos de ellas.

— ¿Qué estás haciendo aquí Jung? — Volvió la cabeza hacia la voz femenina que apareció. La mujer alta tiró de su cabello rubio en una apretada cola, atándolo, mientras caminaba hacia él con cansancio.

Se sentó junto a él, apoyando las rodillas hasta la barbilla. Le quitó la foto de las manos y sonrió antes de darle la vuelta para mirar el pequeño mensaje escrito con una letra clara.

— Esa fue tomada durante su quinto cumpleaños durante el fin de semana — señaló a la pequeña azabache junto a su hermosa esposa. Ambas tenían glaseado en la punta de la nariz. Hae-In sonrió porque se alegraba de que sus chicas estuvieran felices, pero le molestó no poder estar allí para celebrar con ellas.

— No puedo creer que haya pasado un año — Ella suspiró, devolviéndosela. Hae-In agarró la foto suavemente, colocándola de nuevo en su bolsillo junto a su pecho, como si estuvieran cerca de su corazón para protegerlo de cualquier cosa.

— Sí, lo sé. Solo estoy esperando que den las órdenes de que podemos irnos a casa — Afirmó mientras ella asentía con la cabeza. — ¿Qué vas a hacer cuando llegues a casa Chae? — Preguntó con curiosidad. Cuando se conocieron, habiendo pasado por lo básico el uno con el otro, sintió que no sabía mucho sobre ella. Ella siempre dijo que su vida no era lo suficientemente interesante como para hablar, así que nunca lo hicieron.

Chaeyoung se encogió de hombros. — No lo sé. Hibernar, supongo. — Sonrió mientras él también sonreía empujándola ligeramente.

— No, vendrás conmigo. Quiero que conozcas a mi familia. — Dijo, palmeando su hombro. Chaeyoung levantó las cejas de manera cuestionable.

— ¿Tu esposa tiene una hermana? — Bromeó y él se balanceó hacia atrás en su asiento, sonriendo ampliamente justo cuando salía su sargento.

— ¡Park, Jung! ¡Preparémonos para mudarnos! ¡Salimos a las 7! — Gritó, ocasionando que se levantaran rápidamente, saludándolo para hacerle saber que lo escucharon. El sargento se volvió para dar al resto de sus hombres y mujeres la misma advertencia.

Lo vieron alejarse y comenzaron a moverse hacia sus pertenencias para empacar todo. Él se inclinó hacia la oreja de Rosé; — En realidad tiene una, pero no creo que puedas manejarla. Tendrías una mejor oportunidad con mi esposa que con ella — Soltó devolviéndole la sonrisa, caminando frente a ella mientras la rubia negaba con la cabeza.

Huellas en la arena | ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora