Capítulo 2

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Ese día, recuerdo que tomaste mi muñeca fuertemente y obligaste a mi padre a soltarme

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Ese día, recuerdo que tomaste mi muñeca fuertemente y obligaste a mi padre a soltarme.

— Usted no debería tratar así a su hijo, — le dijiste. — no tiene derecho a juzgar las decisiones que toma en su vida de esa manera. Y si su mamá la dejó, si Kazutora se hizo un tatuaje, se cortó el cabello o se junta con pandilleros, ¡¿qué le importa?! ¡Si sólo viene a juzgarlo y alejarlo de lo que lo hace feliz, entonces mejor váyase! ¡No tiene derecho a hablarle así a su propio hijo! ¡Es un infeliz, egoísta, desconsiderado, mandón, despreciable y tirano!

Nozomi...

Era difícil creer lo que estaba pasando, y por un segundo creí que quizás se trataba de un sueño; pero no. Le estabas gritando a mi padre, lo regañaste como si tú fueras la adulta; me estabas defendiendo.

Y en tus ojos ya no estaba el brillo de amabilidad que tanto me encantaba, ahora esa pequeña chispa se había convertido en un fuego ardiente de ira y determinación.

Estabas enojada.

Pero en vez de sentir miedo de ver ese lado de tu personalidad, pensé que eras mucho más maravillosa de lo que pensé al principio, y en ese momento me di cuenta...

... de lo enamorado que estaba de ti, y después de tantos años de eso, me doy cuenta de lo mucho que lo sigo estando.

El horrible momento que me hizo pasar mi padre se convirtió en lo que quizás fueron los tres minutos más felices de mi vida, porque me encantó ver a tus ojos brillar como dos pequeñas estrellas y arder de forma más intensa que el mismo infierno.

Tristemente para mí, el momento se arruinó cuando Mikey interrumpió lo que estabas diciendo (o más bien gritando) y atacó a mi padre dándole una patada en la espalda.

— ¿Qué estás haciendo con mis amigos, bastardo? — la voz de Mikey me hizo despertar del pequeño trance en el que había quedado al verte.

Agradecí que no te hubieras dado cuenta de que no había podido parar de mirarte.

— JAJAJAJAJA, ¿LE DISTE UNA PATADA VOLADORA AL PADRE DE KAZUTORA?

— Sólo cállense, ¡pensé que era un secuestrador!

— ¡Ese es el porqué normalmente nadie debería derribar al padre de otra persona, sabes?! — habló Draken.

— No me pueden echar toda la culpa, después de todo, Nozo-chan le estaba gritando.

Algo dentro de mí se sintió raro cuando lo escuché llamarte por ese apodo; yo quería ser así de cercano contigo.

— ¡Pero lo hice con una buena razón!

— “Porque se lo estaba llevando” no creo que sea una buena razón. — Mitsuya te regañó.

Beautiful Eyes - Kazutora Hanemiya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora