¿Puedo ser tu alfa? | BajiFuyu (omegaverse)

2. ¿Y tu nombre es bonito como tu rostro?

La idea colectiva de sus amigos fue empezar por entablar una relación de amistad con él. Mitsuya le aconsejó acercarse amablemente, sin insinuaciones y sin propuestas sacadas de contexto; quizá podría comprarle el almuerzo.

Durante su tiempo de descanso se apresuró hacia su salón (ubicación que había obtenido de parte de otros estudiantes) y lo esperó a un lado de la puerta.

--¿Tú de nuevo? --Escuchó la voz irritada de Chifuyu y se volteó con una expresión sonriente.

--¡Vine a invitarte a almorzar! --recitó con entusiasmo.

--No, gracias --respondió con frialdad y sin dudarlo, ignorando al alfa y pasando de él.

--¡Yo pago todo! --El alfa fue tras él, insistiendo con un tono ligeramente desesperado.

--Dije que no --dictaminó el rubio sin siquiera detenerse a mirarlo.

Por unos minutos sintió que sus opciones se habían acabado y entró en un conflicto mental sobre sus siguientes acciones... ¿Qué le aconsejaría Mitsuya?

Mientras observaba al omega marcharse sin siquiera dedicar una fracción de su tiempo a mirarlo, obligó a su cerebro a maquinar ideas más rápido o la oportunidad de su vida se le escaparía igual que arena entre los dedos; sin mencionar las burlas que recibiría de sus amigos al enterarse que no fue capaz de lograr algo tan simple.

--¡T-tengo peyoung yakisoba!

Y automáticamente Chifuyu se detuvo.

--¿Qué dijiste?

Baji sonrió triunfante.

Chifuyu se sintió estúpido por haber creído que valdría la pena. SÍ, definitivamente fue su culpa por crearse expectativas prematuras.

Aceptó la oferta del alfa solamente por la mención de la comida, pensando que quizá valdría la pena por lo menos durante un par de minutos. Sin embargo, cuando descubrió que el alfa tenía únicamente un envase de peyoung yakisoba y parecía realmente conflictuado sobre qué hacer, sintió que podía reír solamente para eclipsar con diversión su arrepentimiento.

--Mira, solo me...

--¡Lo compartiremos! --declaró el más alto, al augurar la despedida del rubio, porfiado a negarse a dejarlo ir.

--Creo que es algo pequeño como para compartirlo...

--¡No importa! Lo dividiremos en partes iguales. Puedes obtener un poco más si quieres -propuso mostrando una sonrisa amistosa y esperanzada.

Este alfa de verdad se estaba esforzando por acercarse a él. Chifuyu no pudo evitar sentirse divertido ante la -casi- desesperada insistencia; incluso podría sentirse algo engreído ante la atención que estaba recibiendo.

--Bien, bien. Lo compartiremos.

Sintió que casi podría reír ante la absurda emoción que delató los centellantes ojos del alfa y su enorme sonrisa.

--No me has dicho tu nombre --comentó el rubio mientras el otro estaba absorto en comer su porción de fideos.

--¿No? --Lo miro confundido, con las mejillas ligeramente hinchadas de comida.

Chifuyu negó en respuesta.

--Baji Keisuke --respondió con una radiante sonrisa una vez hubo ingerido la comida.

--Mmh. --El otro asintió--. Mi nombre es Chifuyu, pero creo que eso ya lo sabes.

A la mente de Baji instantáneamente llegó uno de los consejos dados por sus amigos, que creyó conveniente usar en ese momento.

"Adúlalo. Los omegas aman que los alaguen, no importa el motivo" había dicho Pahchin.

Por un segundo pensó ¿de verdad era buena idea seguir un consejo de Pah? ¿De la persona cuya interacción más cercana con los omegas eran las revistas pornográficas que coleccionaba?

Pero, teniendo en mente el objetivo de ganarse el corazón del omega a toda costa, pensó que valdría la pena correr el riesgo.

--Tu nombre es bonito.

--Lo sé, gracias --respondió el rubio, más concentrado en un hilo suelto de su camisa que en el comentario.

El primer pensamiento que llegó a la mente de Baji fue que había arruinado el momento. Quizá el omega pensó que no lo decía en serio, o a él realmente no le gustaba su nombre, o el comentario lo incomodó; ¡tantas posibilidades!

--Tu arete también es muy bonito.

Chfuyu instintivamente dirigió su mano hacia su oreja para palpar por un fracción de segundo el objeto eludido.

--Sí, supongo --respondió con la misma actitud relajada.

--Tus ojos también son muy bonitos.

--Lo sé.

--Tu cabello tamb...

--Suficiente.

Baji agachó la cabeza levemente, con una ligera vergüenza. A Chifuyu le recordó a un cachorro llorón y rio ligeramente con sorna sin poder evitarlo.

--Gracias -responde en medio de un suspiro resignado y jocoso, que elevó el ánimo del alfa--. Eres divertido, supongo.

Keisuke sonrió entre alegre y esperanzado. Para su desgracia, dejó que su emoción lo cegara y que la impulsividad nuevamente tomara control de sus acciones.

--¿Entonces sí puedo ser tu...?

--No me hagas cambiar de opinión.