Chifuyu hizo una reverencia, agachando su cabeza lo más que podía; solo para darse cuenta segundos más tarde que Baji se mantenía imperturbable y apático a su lado, enderezándose incluso a propósito.
Se vio obligado a tomar un mechón de su cabello y agacharlo a la fuerza.
-¡Muchas gracias por haberlo traído! Estaba tan preocupada por él. Pensé que no volvería -la dueña vociferó con entusiasmo en cuanto el gato gris fue devuelto a sus brazos.
Baji observó con recelo como el animal restregaba sus orejas contra las sonrosadas mejillas de la chica que lo cargaba.
-Lamentamos tardar en devolverlo. Tardamos en descubrir a donde pertenecía... -Chifuyu desvió la mirada.
Le habían dicho una improvisada mentira a la dueña sobre encontrar al gato desamparado en las calles y haberlo acogido temporalmente. La muchacha se tragó el cuento con facilidad, perdida entre la felicidad de tener devuelta a uno de sus preciados gatos.
-¡Eso no importa! ¿Qué puedo hacer para agradecerles esto?
Tardó varios minutos para convencerla de que no querían nada a cambio. Chifuyu se sentiría pésimo recibiendo una recompensa por devolver un gato que Baji había robado con una cuidadosa planeación. Sin embargo, éste parecía totalmente dispuesto a recibir lo que sea que le ofrecieran.
Al salir del local, Chifuyu notó la actitud alicaída de Baji y se preguntó si era por el gato o por su escena anterior.
-Ya te dije que no estés triste por eso. El gato pertenece al local -murmuró cabizbajo.
-No es eso. -Y ahí estaba la respuesta que Chifuyu temía enfrentar-. De todas formas, me lo volveré a robar después.
-... ¿Qué?
-Quiero decir. -Baji carraspeó la garganta-. Lo de hace un rato...
Chifuyu dejó de caminar. Keisuke estaba un par de pasos más adelante cuando lo notó. Se detuvo y volteó, sin atreverse a mirar directamente al omega.
-Realmente... ¿Realmente eliges que me aleje de ti? -la pregunta sonó como un susurro sibilante entremezclado con el soplar del viento calando en sus mejillas y haciendo revolotear sus cabellos.
El omega no respondió. Su mirada permanecía clavada en el suelo y las palabras parecían ser demasiado pesadas para dejarlas escapar de sus labios.
Keisuke dejó escapar el aire contenido, cerrando los ojos y apretando los labios con una forzada resignación. Un punzante nudo se instaló en su garganta e intentó tragar saliva para disiparlo, resultando infructífero.
-Entiendo -articuló en voz baja. Apretó los dientes un par de segundos, fijando sus ojos en una piedrita que bailoteaba bajo su zapato-. Gracias por todo, Fuyu; y de nuevo, lo sien...
-No.
Baji pudo conjeturar que quizá se trató de una ilusión auditiva.
Pero, la mano de Chifuyu de pronto apretando la manga de su camisa definitivamente era real.
-No quiero -la voz de Chifuyu sonó suave, pero firme; cortada pero agresiva. El agarre a su camisa de hizo más fuerte.
El rostro de Baji de pronto se iluminó con esperanza. Contuvo la respiración y sus pupilas se dilataron cuando se atrevió a bajar la mirada y notó el rubor que se espolvoreaba sobre las mejillas del omega. Su corazón alcanzó un tortuoso ritmo desbocado.
-¿Q-q-quieres decir q-qué...? -se enredó con sus propias palabras-. ¿M-me aceptas?
Chifuyu torció los labios y sus orbes vacilaban entre encontrarse con los de Baji o esquivarlos con vergüenza. Su cara ardía con el rubor adquiriendo un tono más fuerte y llegando a cubrir todo su rostro.
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¿Puedo ser tu alfa? | BajiFuyu (omegaverse)
FanfictionBaji Keisuke, un alfa que siempre tuvo la impresión de que los omegas eran personas debiles con necesidad de ser protegidas. Chifuyu Matsuno, un omega que llegó a su vida de forma tan salvaje que de inmediato transformó sus opiniones, dejando a Baji...