II

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Noah Walker.

La noche era fría y sombría, Y era raro porque aun estábamos en verano. Me encontraba sumido en la oscuridad, y lo poco que alcanzaba a ver era un inminente bosque que se postraba con firmeza enfrente de mí.

Empiezo a caminar en el sendero que se alcanzaba a mostrar por el resplandor de la luna.- La peor decisión que he tomado la verdad-.

Conforme iba avanzando, la luna y su tenue luz envolvían a aquel chico de cabello café pero con unos tonos rubios, aquel chico de ojos azules penetrante.

En un parpadear estaba en una habitación oscura, con una ranura donde se podía colar la tenue luz de la luna, se movió hasta esa ranura, y se colocó debajo de la luz; Se percató que ya no llevaba su pijama-Esos Shorts azul que hacían conjunto con sus ojos-.

Sino que llevaba un pantalón oscuro, con una camisa totalmente negra y lo único que su cabeza podía formular en esos momentos, era.

-Qué demonios llevaba puesto-, expuso de una forma no muy segura.

Todo era demasiado familiar, como si todo esto fuera un deja vu, de algo que ya había vivido.

Noah trataba de no perder la cabeza, pero esa ya la había perdido desde hace varios años atrás, -para ser exacto 10 años-.

Esa voz en su cabeza le recordaba tanto a su fallecido abuelo; Pero no era voz de hombre era la voz de una chica.

Suspiro extrañado ante esa barbaridad,-Diablos hasta en mis sueños más oscuros, me persiguen las chicas-Expuso en vos alta.

Un desgarrador grito lo puso alerta. Y empezó a seguir el sonido hasta dar con una chica, que jamás se imaginó que cambiaría tanto su mundo lleno de perfección falsa que el dejaba ver.

-¿Qué hace esa chica en mis sueños?-algo desconcertado empezó a decir.

-¿Acaso hizo un pacto con el diablo, para estar aquí?-, Expuso de manera altanera y arrogante.

Inconscientemente me acerco hasta esa chica, conforme me acerco me percato de lo bonita que es.

Ese cabello largo tranzado de color café, con la luz que emanaba la luna se podía distinguir que tenía leves tonos cobrizos esparcidos perfectamente. Como si fueran pintados a manos.

En su cuerpo portaba un vestido de seda blanco, que la hacía lucir más blanca de lo que era. Sus labios no eran muy grandes, ni muy pequeños; Tamaño perfecto y su pequeña nariz hacia contraste con todo su exterior.

-Nose quien seas, o que pacto hallas hecho; Pero eres linda-.Trato de soñar seductoramente, pero se podía distinguir la intriga por aquella chica que estaba frente a él.

Después de ese momento, todo se tornó confuso y extraño, hasta para él.

Aquella muchacha, que capturo su atención con solo verla una vez y no fue en el parque de la esquina. Fue en un sueño.

Que sin saberlo, ese sueño los unió a ambos sin percatarse de eso.

Empezó a gritar, la escuchaba, la tenía enfrente y escuchaba cada palabra que salía de su boca.

-¡AYUDAAAAA!-Fue el primer grito, que el escucho.

-SUELTAME NO ME TOQUES-

-YA DEJAME EN PAZ-

-DEJA DE MOLESTARME-

-QUIERO SER LIBRE-. Ese fue el grito más desgarrador que él había escuchado, combinado con las lágrimas; Que siquiera se percató que habían salido de los ojos, que aún permanecían cerrados por la castaña.

Noches OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora