"Pinceles"

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Otro día más.
Los días se han ido volando y todos los días he conocido a alguien nuevo, estoy entre emocionada y asustada de saber a quien conoceré hoy.
Me he hecho unos cuantos amigos, Bella me presentó a los suyos y me integraron a su círculo. Pero Bella y yo cada vez nos hacíamos más cercanas, casi inseparables diría yo.

—¡Me gusta como te ves! —exclamó Mike con notable emoción y tomó un mechón de mi recién teñido cabello. Nos encontrábamos en el comedor, ellos habían acabado de comer pero yo seguía comiendo por mi lentitud al disfrutar de cada bocado, ya que, mi cuerpo al ser diferente al de ellos quemaba más rápido las calorías y a la hora volvía a tener hambre. En cambio, si comía más lento ocupaba más horas de mi tiempo y así el día pasaba más rápido.
O... bueno, así lo había visto desde que era niña y siempre he conservado esa ideología. Hasta el día de mi muerte.

Recuerdo haberle dicho a mi padre asustada que mi hambre no se detenía pero su respuesta sin más fue: "sigue comiendo" con una carcajada burlesca.
Sigue comiendo.
Sigue comiendo.
Sigue comiendo.
Esas dos palabras se quedaron en mi cabeza, nunca más le pregunté algo. Es más, cada vez que iba a comer esas palabras y su tono de voz se escuchaban tan fuertes y claras como si me lo estuviera diciendo en el oído.

Claro, tuve unas cuantas irregularidades —si esa es la palabra correcta para describirlo— con mi alimentación, la soledad y... no voy a sumergirme en ese tema en este momento.

—No te emociones tanto, solo es un cabello —respondí restándole importancia y miré de reojo como acariciaba mi cabello. En sus pensamientos podía ver cómo deseaba llevárselo a la boca cuál algodón de azúcar.

Mike mostró una sonrisa más grande mostrando los dientes y como un niño maldadoso se fue con sus amigos. Me agradaba, era como un pequeño cachorrito que quería llamar la atención y lograr la aprobación de todos.

Lo miré de lejos como sus expresiones eran exageradas; el movimiento de manos, la risa, el volumen de la voz, el acercamiento hacia los demás integrantes. Los gestos corporales eran muy notorios pero había algo que compartíamos él y yo: no queríamos ser descubiertos.

Dejé de observarlo y seguí comiendo dejando el tenedor sobre mis labios mientras masticaba. Sonreí recordando que mi hermoso Impala estaba bajo mi poder nuevamente, él me había traído a la escuela esta mañana.

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El profesor no había llegado a mi siguiente clase así que había tenido dos horas libres. Salí de la escuela y me senté en el capó de mi auto a esperar que los demás salieran a receso, el timbre sonó y Bella salió.
Se acercó a mi en cuanto me vio y se acomodó en medio de mis piernas a esperar al resto,  siempre salían al último.

—Adhara, se completamente honesta —habló y me miró sobre su hombro—, ¿huelo mal?

La miré confundida, me acerqué un poco y olfateé con disimulo.

—No Bella, hueles a perfume y a acondicionador —respondí y recargué mi cabeza sobre la suya—. No dejes que un imbécil se meta de esa manera en tu cabeza —susurré conectándome con sus sentimientos.

Ella asintió mirando sus manos.
No iba a dejar de pensar en ese vampiro, no, claro que no. Éste ya se encontraba en sus pensamientos; al despertar, al desayunar, al manejar, al almorzar... al avanzar el día.

—¿Podrías traerme mañana? Charly va a llevarse la camioneta... creo que por neumáticos nuevos —explicó sacándome de mi cabeza.

—Claro, apunta tu dirección y paso por tu linda cabecita —respondí y moví su cabello con mi rostro que seguía apoyado ahí.

"Beautiful Mistakes" 🍷Jasper, Carlisle & Adhara🍷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora