Déjame ir [Completa ✓]

Capítulo 22 "DESCUBRIENDO LUGARES NUEVOS"

T/N

¿Qué puede ser peor que tus primeras dos horas de clase sean de matemáticas?

Exacto, nada. Estoy sacando de mi locker los libros para esa clase, cierro la puerta y pego un brinco cuando me doy cuenta de que hay alguien ahí parado.

—Oye, tranquila — trata de suavizar el susto aquella chica con jeans azules y un top color rojo

—Sí claro no es para tanto que estés escondida detrás de la puerta del locker — contesto sarcásticamente.

—Que humor

— ¿Qué necesitas Isabel?

Ella se lleva la mano dramáticamente al corazón — ¿A caso no puedo venir a saludarte sin pedir algo a cambio?

La mire con una cara de ¿Es enserio?, ella dejo el dramatismo y se relajo

— Quería pedirte un favor — hablo y comenzamos a caminar

—Ay en serio — ere evidente que no venía a eso.

—Sip, aunque no lo creas, aquel chico con el que siempre estas ¿Armando no?

¿De qué hablas mujer?

— ¿Quién?

Ella bufa, frustrada.

—Ay por favor, ese chico con el que siempre estas ¿Cómo se llama?

— ¿Aidan?

—Ándale, él.

— ¿Qué tiene?

— ¿Es tu novio?

Qué más quisiera

—No — contesto, seria ¿a ella qué?

—Genial — exclama deteniéndonos de nuestro camino y dando un paso delante de mí dándome la espalda

— ¿Por qué la pregunta? — la miro atenta y ella se voltea a mí.

—Nada no te preocupes — me regala una sonrisa hipócrita —otra cosa, ¿es lindo?

— ¿Lindo? —La mire confusa — ¿a qué te refieres?

—Sí, como ¿en el aspecto si él tuviera una relación sería lindo o todo un patán?

En definitiva, sería muy lindo y detallista

Abro la boca para contestar, pero una pregunta se hizo presente.

— ¿Por qué te interesa?

—Quiero saber que tanto voy a sufrir a que me voy a enfrentar — se acomoda el cabello dramáticamente

¿Qué?

— ¿Qué dices?

—Mira — hace una pausa — no se supone que te debería de decir, pero creo que la cague

La mire atenta porque no entendía que estaba pasando

—Veras —continua — Carlos y yo hicimos una apuesta

— ¿Una apuesta?

—Sí y déjame continuar —amenaza y alce las manos en señal de rendición dejándola continuar —y pues él dice que no sería capaz de enamorar y andar con tu amigo el raro ese por un mes y como siempre le dije que, si podía, pero el problema era saber que son ustedes, y me quedo claro que son amigos, así que nada me impide estar con ¿Adrian?

—Aidan — lo contesto, a secas

—Sí, me da lo mismo — le resta importancia — el chiste es que tengo que saber qué tipo de chico es para saber si valen la pena esos 100 dólares