Capítulo 5. Primer celo.

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El plebeyo se había equivocado.

No habían pasado meses, ni siquiera un mes antes de que su primer celo empezara.

Y Jihwa no podía evitar maldecirlo.

Habían pasado solo tres días desde su encuentro con el alfa antes de que aroma se endulzara y eso había hecho que prácticamente la mansión se pusiera patas para arriba.

Nadie esperaba que su celo llegara antes de sus diecisiete años y no había nada preparado en lo absoluto.

Su padre le había prohibido salir y había sido aislado en su habitación ¡Solo por su maldito aroma a dulce! ¡Todavía no estaba en celo! Y luego Lady Jang había llegado para tratar de explicarle como sería el celo, pero usando palabras tan suaves y silencios tan largos, que la única nueva información que el omega había conseguido era que los días anteriores al celo también serían terribles.

Había tratado de portarse bien pero quedarse solo en la habitación durante tanto tiempo lo había puesto de mal humor. No tenía idea de que las relaciones sexuales podían adelantar su ciclo y parecía que no conseguiría más información al menos que le preguntara a Mumyeong.

No era como que si pudiera hablar sobre lo que ocurrió con el plebeyo con alguien más.

Había tratado de preguntarle a Lady Jang como se suponía que debía pasar el celo en soledad, pero ella solo había acariciado la mejilla y le había dicho que el instinto le diría que hacer.

Todos lo mantuvieron en la oscuridad, como que si su ignorancia fuera una bendición. Realmente lamentó no haber escapado un rato para preguntarle directamente al plebeyo que ocurriría, tal vez debió haberlo hecho ese mismo día pero una vez despierto había estado demasiado apurado en regresar a casa para evitar que lo descubrieran.

Había tenido que bañarse y cambiarse sin la ayuda de sus sirvientes para que no vieran las marcas en su cuerpo. Mumyeong había sido cuidadoso hasta cierto punto pero Jihwa notaba su piel magullada con demasiada facilidad. Podría mentir diciendo que se cayó o que rodó por una colina, pero las marcas en forma de dedos en sus caderas eran demasiados obvias incluso para alguien como él.

Dos semanas después su celo se desató y fue terrible.

Jihwa había estado incomodo los días anteriores, sintiéndose demasiado sensible y disgustado, y había creído que eso sería lo peor que se sentiría. Pero no, lo peor sucedió en esa habitación fortificada.

Nadie lo había preparado para eso, ni siquiera los rumores secretos que él había logrado escuchar. Y odió profundamente en la oscuridad en la que lo habían dejado.

Su sensibilidad era demasiada, sus dedos demasiado poco y los nudos de los juguetes lo hacían sentir más desesperado en vez de aliviarlo. Nada se sentía como el encuentro que había tenido con el alfa semanas antes.

⸺Maldito... bastardo...⸺ Sollozó de rabia cuando se corrió de nuevo en su propia mano, sintiendo sus piernas temblar pero el calor no se iba. Había destrozado varias mantas, rasguñado el suelo en un intento de aliviarse.

Pero no importó cuando empujó el juguete o sus dedos,  se sentía solo, lloroso y estúpido. El orgasmo apenas podía calmarlo ante de que la excitación lo empujara a actuar ridículo de nuevo.

Hasta el matrimonio [Mumyeong x Jihwa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora