Capitulo VII

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El trayecto a casa de Casey duró poco menos de una hora a pesar de que nos detuvimos en un Starbucks, donde pedimos dos latte y un muffins de arándanos, el favorito de Casey.
Nos encontrabamos en la sala de estar, sentados uno al lado del otro, ella apoyada con su cabeza en mi hombro mientras yo apretaba su mano en un intento de fortalecerme, de transmitirle mis miedos para que ella los evaporase como siempre, ninguno de los dos dijo nada y lo prefería de esa forma, estabamos sumergidos en un silencio que en otras ocasiones me hubiese parecido un tanto incomodo pero en estos momentos era como estar en el paraíso, el paraíso de Casey.
Amaba y necesitaba a Casey como si mi vida dependiese de ello, era más que mi mejor amiga en todo el universo, ella era como mi hermana y no dejaria que nadie le hiciera daño, ni siquiera yo...
De pronto escuchamos el sonido de unos tacones acercarse, nos separamos de inmediato, una cosa era engañar a su padrino para que nos proporcionara información y otra muy diferente mentirle a sus padres, los cuales eran como mi propia familia.
-- Hola chicos ¿Que haceis tan temprano en casa? --nos preguntó la madre de Casey.
Ambos nos miramos sin saber que decir, al cabo de unos minutos rompi el silencio.
--Bueno, señora Albright vinimos a por la revancha, le gane a Casey la última vez y como es de esperar, ella decidio retarme, ya sabe es una mala perdedora, le guiñe un ojo y voltie a mirar a Casey con una sonrisa de suficiencia.
--Hmm... Vale pues que gane el mejor y mucha suerte.
¿Ian?
-- Si, señora Albright
--Cuantas veces debo decirte que me digas Jane, no soy tan vieja eh.
--Lo siento, es solo que no me acostumbro, Jane.
--Bien asi esta mucho mejor, por cierto, cariño, tu padre y yo llegaremos muy tarde asi que estaba pensando que tal véz Ian podria quedarse en casa a acompañarte.
¿ Que dices Ian?-- Me preguntó Jane.

--Yo... Hmm.. Me encantaria es solo que...
--Si lo dices por Warren he hablado con él y esta de acuerdo, no tendrás ningún problema con tu padre.
--Si es asi me va bien.
--Entonces que la paseis fenomenal chicos.
Se despidio de nosotros con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla, aquel simple gesto me hizo recordar a mi madre, sentia como se me encogia el corazón, la echaba de menos...
--¿Asi que soy mala perdedora eh? escupio Casey al mismo tiempo que me fulminaba con la mirada.
--¡Oh vaya! Supuse que te habias quedado muda para siempre y a lo mejor tendria que ser tu enfermero o algo asi, por lo que cada vez que alguien nos viera, seria mi obligación decirle que la causa de que estuvieses asi habia sido que eres una mala perdedora.-- dije con un tono burlón.
--Já. Ya quisieras Ian Wilde, dijo imitando la sonrisa de Mona Lisa.
--¿Vamos a jugar o qué?
-- Vale. Nada de trampas Wilde, aunque ni asi me ganas.
--Como usted diga, enana.
--¿Que has dicho?
--Nada. Juguemos o estas arrepintiendote porque sabes que voy a ganarte.
--Eso nunca.
Estuvimos jugando por más de tres horas, el tiempo se nos fue volando y cada segundo que pasaba me daba por vencido, era muy malo en esto de los video-juegos, mientras que Casey era una enana odiosa y excelente jugadora aunque me costara decirlo.
--Uff... No más Casey, has hecho trampas tantas veces que ahora solo te dejo ganar. -- dije para molestarla.
Ella echó la cabeza hacia atrás y solto una carcajada. No creo que sea trampa lo que hago, simplemente es habilidad y talento, algo que por lo visto tú --Me señaló-- no tienes.
--Ian Wilde es un perdedor, un mal jugador y un bicho, gritaba Casey mientras saltaba sobre los cojines, me limite a verla, apretando los labios para no reirme, parecia una niña.
Se dejo caer sobre mì, luego de unos minutos que me parecieron eternos.
--¡Hey! Dije al verla en mi regazo.
-- ¿Te molestastes?
--No.
--¿Seguro?
--Hmm... Si.
--No te creo.
--Pues no lo hagas.
--¿WILDE? exclamó con una mezcla de confusión y exasperación.
No dije nada, queria verla enojada y me faltaba poco para lograrlo.
--No dirás nada.
--Vas a ignorarme.
--Bien. También puedo jugar a la ley del hielo.-- Dicho esto se volteo y coloco sus brazos sobre su regazo.
Pasaron unos minutos, en los cuales solo se oian nuestras respiraciones y las breves ráfagas de viento que entraban por la ventana, estaba empezando a intranquilizarme
¿Cuánto debia esperar para que Casey me volviera a hablar? Sin duda sabia que lo haria, ella no toleraba que la ignoraran y...
--Ian
Al fin, definitivamente Casey estaba mejorando, habian sido 45 minutos, antes no duraba ni 5. Tendria que darle um premio a la enana.-- Pense.
--Hmm.. gemi con una fingida voz soñolienta.
--¿Sigues molesto? .... Vale pues no voy a rogarte, Wilde, me voy a mi habitación, cuando te comportes como un hombre y no como un niño me llamas.
Subió los escaleras rápidamente, no iria tras ella, al menos no todavia, deje que pasaran unos minutos, luego empece a subir lentamente, estaba a punto de entrar cuando escuche los sollozos de Casey.
Entre rápidamente sin tocar, estaba tendida en su cama abrazando al oso de peluche gigante que le habia regalado en su cuarto cumpleaños.
Sonreí un momento, verla asi era como ver a un bebe, tan angelical.
Me acerque lentamente, me tendi en su cama y la abrace por detras.
-- Lo siento-- me disculpe.
--No parece que lo sientas mucho.
--Pues lo hago, de verdad. Palabra de chico perdedor de video-juegos.
Al decir aquello, Casey rio y se voltio, quedamos frente a frente, sentia su respiración tan cerca de mi.
--Vale. No pasa nada.
--Te Quiero enana.
--También Te Quiero bicho perdedor.
Estabamos quedandonos dorminos cuando de repente tocaron el timbre, tuvimos que bajar debido a que los empleados de Casey estaban en su dia-noche libre, le pedi a Casey que se quedara en el living y pusiera la película, mientras yo abria la puerta.
¿Era ella? La chica del autobus, mi diosa.
Me miro un tanto asombrada y confundida, una leve sonrisa se habia formado en sus labios.
--Hmm... creo que me equivoque de dirección, lo siento.-- dijo con una voz suave, era como una melodia para mis oidos.
-- No... Espera ¿A quién estas buscando exactamente?, ¿Puedo ayudarte? Por lo visto no soy yo. -- le dije con una sonrisa ladeada.
Nos quedamos mirando, ningunos de los dos queria apartar la mirada, era una batalla.
--¿Ian quien es? -- Dijo Casey rompiendo el momento.
Tuve que apartar los ojos de mi diosa y mirar como Casey abrazaba a...
-- Bianca. -- Dijo la enana al cabo de unos minutos cuando se separaron. ¿Cuánto tiempo?
--Bueno, pense que me habia equivocado de casa, no sabia que vivias con él.
--¡Oh, no!
-- Bianca. Él es mi mejor amigo I..

--Ian, respondio mi chica del autobus.
Me limite a verla y sonreir como un idiota.
-- ¿Os conoceis? --preguntó la enana.
Dijimos sí al unisono.
--Bueno no exactamente, añadio Bianca.
Sus ojos eran un misterio, llenos de infinito resplandor y una diminuta oscuridad...

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⏰ Última actualización: May 29, 2015 ⏰

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