CAPITULO IV

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Todos los días siempre estábamos juntos Eric y yo aunque era solo para el trabajo, después de eso el hacia su vida de popular con su novia y el equipo de fútbol, hablando de su novia, Selene, está siempre en casa de Eric cuando quedamos para hacer el trabajo.

- Amor termina ya y vamos a comer, venga.- dijo haciendo falsos pucheros.

- Selene, es un trabajo complicado tú tendrías q estar haciendo el tuyo.- le dijo Eric cortándole el rollo.

- Aparte lo mejor es que este pardillo se vaya ya, solo sabe molestar.- me mira arrogante.

- Oye bonita...-dije pero Eric me interrumpió.

- Selene deja a mi compañero de trabajo y amigo de la infancia y ve al restaurante chino y ve por comida.- le exigió Eric para protegerme.

Selene se fue con una cara de antipática. Eric ha sido tan atento en esto, pero me quedé solo con él otra vez.

- Oye, paremos un rato, quiero pedirte consejo.- me dijo con confianza en mí.

- Claro dime, te escucho.- le contesté atento.

- Verás este viernes habrá una fiesta y solo tengo ropa cómoda, nada más en mi armario y quería saber si podrías ayudarme.- me preguntó un tanto preocupado.

- Pues si no tienes nada en el armario tendremos que ir de compras. ¿Te parece si vamos ahora?- le pregunté alegre.

- Suena divertido me visto y vamos tú me dices dónde, ¿va?- dijo sonriente por aceptar.

Al terminar Eric de vestirse fuimos al centro comercial y miramos tiendas de ropa y escogimos prendas que le gustaban a Eric pero que fueran prendas arreglada como camisas básicas o pantalones vaqueros.

- Bien, te he traído unos conjuntos que he decidido te los pondrás y me enseñas como te quedan.- dije sonriendo.

- Tu eres el jefe, estoy a tu disposición.- dijo agarrando la ropa e irse a un probador.

Cinco minutos después salió del probador con los pantalones vaqueros y la camisa negra q le escogí. Estaba tan guapo y elegante.

- Bien, ¿y como estoy?- dijo sonriendo y posando para verle como estaba.- ¿Estoy sexy? Jajaja.

- Estás genial, pero si te desabrochas dos botones de arriba queda mejor.- dije mientras se los desabrochaba.

Después de estar un rato maravilloso riéndonos compramos lo que le quedaba bien a Eric y me llevo de vuelta a casa después de comer un helado.

Un Amor de Metro NoventaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora