Un Amor de Metro Noventa

CAPITULO XIII

Al día siguiente, me di cuenta de lo poco que dormí por los nervios de estar tan cerca de Eric. Me levanté y empecé a hacer el desayuno para los dos.

- No debería despertarle, que duerma lo que necesite y así se encontrará mejor.- pensaba en voz alta mientras hacía huevos revueltos, tostadas y café.

El olor de la comida despertó a Eric casi de inmediato. Salió de la cama como si fuera un zombie, me giré y vi lo demacrado que estaba.

- Estás hecho mierda, - me reí mientras le miraba- ¿quieres café?

- Si porfavor, con poca leche y bastante azúcar. - decía entre quejidos.

- ¿Recuerdas algo de ayer?.- le pregunto mientras le sirvo el café.

- No mucho, recuerdo que fuimos al Pride y que Selene no dejaba de llamarme, también recuerdo empezar a beber y ya todo es borroso y de colores.- empieza a beber el café.

Le miro sonriendo disfrutando un poco de su sufrimiento. ¿Aún no se ha dado cuenta que está en mi casa y estoy yo o se está haciendo el tonto?

- ¿Dónde estoy por cierto?- preguntó mirando alrededor.- Está no es mi casa.

- Es la mia te llevé a mi casa porque estabas borracho y dormimos juntos. Lo complicado fue ponerte a dormir debido a que querías desnudarte delante mía.- le decía mientras seguía haciendo el desayuno.

Eric se mira de arriba abajo sonrojado al ver que solo llevaba sus vaqueros.

- A juzgar que tengo los pantalones no hemos follado.- se dijo para si mismo.

Me sorprendo casi ahogándome con el café.

- ¿Qué? No, claro que no, no estamos juntos para hacer eso.- digo mientras toso.

- ¿Osea qué si salimos puedo verte con los ojos en blanco todas las noches?.- dice mientras me sujeta de la barbilla para que le vea a los ojos mientras Eric sonríe.

- Eric tienes novia, no es que no me gustes.- me pongo nervioso.

Estuvimos todo el día juntos, jugando videojuegos y viendo las películas de nuestra niñez. Para mí fue el día más increíble de todos.