Amor y desamor.

Tras tu adiós

Acercándome a mi coche una tarde

tras dejar atrás la pesadilla,

acompañada de una lágrima tardía,

y un recuerdo de amor desparramado.

 

De repente unos ojos se cruzaron

e invadieron por completo el pensamiento

pues, si bien aún no lo comprendo,

mis latidos galoparon al momento.

 

Esa mirada me era familiar,

esa sonrisa me hacía sonrojar,

ese “hola” soltado de repente

que en mi mente se quiso ya alojar…

 

Con desparpajo me rozó la mejilla

mientras la humedad de su boca yo notaba.

Sin palabras, como nunca, yo me hallaba,

con el alma desnuda; la imaginación ya desbocada.

-

Me tomó de la mano, y de repente,

entre sus brazos me sentí un alma alada;

aún no sé en qué rincón nos escondimos

y dimos rienda suelta a los gemidos.

-

Dichosa entre sus brazos me encontraba

feliz de sentir ¡por fin! tal calentura

Más vale una aventura nunca contada

que miles de silencios en ofrenda.

-

Y con esto, señor, no se me ofenda,

la tristeza nunca fue mi fortaleza.

Mejor una ilusión, aún momentánea,

que dar rienda suelta a la tristeza.

-

Irene Bulio © 2012. Derechos reservados.

(Foto de la portada extraída de internet. Autor desconocido)