El día después.

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Estando en la más confortable paz

llega la tormenta intentando hacer naufragar esa alma

 que, lentamente, poco a poco, ganó la calma

a pesar de que los fríos vientos del norte azotaban su cara.

Paciencia y amor, paz e ilusión,

deseos de una vida nueva y loca

algo que siempre hizo que la vida le supiese a poca

pero que ahora es lo que más valora.

Él nunca supo apreciar lo que ella ofrecía

y ya no tiene nada que prometer.

Su alma hundió triste y vacía

al no entender esa forma de ser.

Una vez hubo tocado fondo,

vio  las burbujas emerger

y supo en ese instante que

¡tenía que florecer!

Inma flores 01.03.13 ©

Amor y desamor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora