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– ¿Tú, eres mi Master? –
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No respondió.
Su corazón latía con fuerza; latía con demasiada fuerza. Estaba ensordecida por el palpitar de su corazón.
Sintió que alguien estaba muy cerca de ella, su vista difusa busco con frenesí por sus alrededores hasta distinguir una silueta varonil delante de ella. Una mano acarició su rostro, ella perturbada quiso apartarse, pero por falta de fuerzas permaneció inmóvil, disfrutando la calidez que le brindaba.
Su cuerpo dolía; dolía como nunca antes.
Tuvo que enfrentar una feroz persecución en su contra, y ella al no poder hacer nada para hacer frente al enemigo, solo pudo escapar una y otra vez mientras su cazadora jugaba con ella.
Como un juguete con el único propósito de entretener antes de ser desechado
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No comprendía que estaba pasando en esta ciudad en llamas, no sabía ni siquiera porque estaba ahí. Pero su corazón cada vez más calmado estaba seguro de algo, el ser que estaba en frente suyo era un Servant, y este la estaba protegiendo de alguna manera.
– ¡Tú!, ¡desgraciado!–
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Una voz enojada la sacó de su pequeño trance. Sabía exactamente de quien era, quien la hizo pasar por tanto en tan poco tiempo, esa voz provenía de su perseguidora, una Servant de la que milagrosamente logró escapar.
Vestía prendas negras, poseía una piel pálida en contraste, tenía una capucha que le cubría el rostro, pero su cabello color rosa pálido era tan extenso que le llegaban a los pies.
Por su corta experiencia sabía que era una Servant sádica. Prueba de ello estaba plasmado en su aspecto casi mutilado, producto de golpes, estocadas y cortadas.
Su cuerpo colapso en el piso.
Tenía varios huesos rotos y heridas por todo el cuerpo. Ella estaba demasiado cansada y adolorida para seguir moviéndose, lo único que impedía que cayera desmayada era su fuerza de voluntad.
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Su vista se fue aclarando, se esforzó porque así sea, no podía caer cuando aún había un enemigo cerca, y menos aun cuando un posible aliado la defendía.
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Las cadenas que antes la atormentaban ahora no podían tocarla, pues había unas capas transparentes color rosa de por medio. Era escudo con una apariencia frágil, sin embargo, resistía esas diabólicas cadenas que desde hace un rato ya habían dejado de preocuparla.
En cambio, se empezó a preocupar por el Servant que estaba frente a ella.
Sabía que una pelea entre Servants era de vida o muerte, y si bien hacia un buen trabajo protegiéndola de esas cadenas no podía asegurar que la Servant no tuviera alguna habilidad muy poderosa que podía eliminarlo al instante.
Su vista ya perfecta estaba posada en el Servant de cabello rojo.
Estaba de cuclillas, su atención no estaba centrada en su enemigo.
Quiso regañarlo por eso, pero debía jugar su posición.
Lo admiro por un segundo, no podía decir con exactitud qué edad tendría, pero a juzgar por su postura era alguien joven. No podía decir mucho más ya que una capa de color rubí le cubría el cuerpo casi por completo además de tener una máscara banca con dos ranuras en los ojos que le impedían ver su rostro.
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El Rey Del Fraude
FanfictionUn héroe capaz de cambiar el destino ha sido invocado. En un mundo donde la esperanza es escasa hará todo lo posible para avivar la llama de la esperanza. Pero no estará solo, aún hay magos que luchan por la supervivencia de la humanidad.