2.

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Se sentía cálida... los brazos de Saber eran cálidos.

No comprendía su naturaleza, era un Servant confuso.

Normalmente el vencedor mataría a su enemigo sin remordimientos, pero él no era así.

– ¿Hey Lancer cuidaste bien de Sakura?–.

...

El nombre de su Master dio un vuelco a su corazón.

Los recuerdos la golpearon más fuerte que cualquier otro ataque. Le dolía recordar la forma en que esa chica murió, sin siquiera saber lo que pasaba.

– Hice lo posible, pero al final no... no fue suficiente–.

Los sollozos se hicieron presente.

Ella estaba desapareciendo en brazos del Servant que la había apuñalado, pero no sentía odio, y sus ganas de asesinar se habían esfumado.

Su piel, su cabello y sus ojos retomaban unos colores más cálidos, era irónico que pasara en ese momento, justo antes de desvanecerse.

...

Ella quería regañar a Saber, pues este estaba muy vulnerable sosteniendo en brazos a su enemigo.

Pero no tenía fuerzas, ni siquiera para intentar matarlo, aunque tampoco tenía motivos para hacerlo. Solo usó sus manos para sostenerse de su cuello mientras miraba sus ojos.

– Gracias por cuidarla... Espero que nos reencontramos en una situación en la que no tengamos que matarnos mutuamente–.

...
...

Usó toda su fuerza y en un movimiento audaz Lancer le quitó la máscara deseando saber qué tipo de expresiones estaba haciendo.

Pero no esperó ver una sonrisa, una sonrisa que dio paz, algo que no imagino volver a experimentar después de ser sumergida en aquel lodo negro.

–...–.

– Pensé que al menos me dirías lo mismo–.

...
...
...

Sentimientos extraños la abordaron.

Ella no sabía que le pasaba a su rostro, sus labios estaban con una extraña curva hacia arriba, forma que rara vez tuvo. Tenía los ojos llorosos, quería decirle algo, pero no podía. Solo acercó su rostro a el suyo, y lo besó.

Nunca comprendió el motivo detrás del descontrolado amor de su Master hacia ese chico, pero tal vez ya empezaba a comprenderlo.

Separó sus labios de los suyos.

– La próxima vez te daré una lección–

Le devolvió la sonrisa y sin más desaparecio en particulas de luz.

...
...
...

– No deberías espiar de esa manera–

Saber se dio cuenta que su Master estaba a escasos metros de él. Seguramente observó lo que había pasado y no sabía cómo tratar de explicarlo.

...
...
...

Por su parte la chica pensó:

"Demonios"

Quiso echarse hacia atrás, pero tropezó con una roca y cayó sobre su trasero. Sus manos soltaron la capa mostrando sus ropas hechas jirones y rápidamente volvió a sostener la capa para crubrirse.

No podía dejar que alguien la vea en ese estado. Su cabello blanco ondulado estaba maltratado. Su vestido estaba lleno de agujeros, su abrigo oscuro no estaba mejor y ni hablar de sus medias naranjas que estaban bastante desgarradas.

El Rey Del FraudeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora