Capítulo 5.

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Souya trato de pasar desapercibido, pero fue prácticamente imposible

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Souya trato de pasar desapercibido, pero fue prácticamente imposible. No es como si un chico con el cabello azul y muletas pudiera pasar por la calle sin que por lo menos una persona se le quedará mirando, ya sea por su color de cabello tan inusual o por la muleta que llevaba con él. Angry lamentaba mucho en ese momento ser tan vistoso.

Nahoya, al contrario de su hermano, camino a pasos firmes y enojados hacia los Haitani, listo para repartir algunos golpes a quien osara siquiera respirar a un metro de él. Souya simplemente quería desaparecer, no estaba preparado para enfrentarse a su alma gemela en ese momento, no había reunido aún el suficiente valor, y ni siquiera sabía que es lo que quería hacer, sin embargo, siguió a Nahoya para evitar alguna desgracia.

— ¿Qué están haciendo aquí, idiotas?—. Espetó Smiley apenas estuvo enfrente de los Haitani, los miro con una sonrisa que lucia lo suficientemente peligrosa, como para presaguiar la muerte de alguien.

Rindou se adelantó no dejándose intimidar por el Kawata mayor, y habló mirando directamente al menor de los gemelos— Souya yo-...

— No hables con él, te estoy hablando yo—. Smiley miró al Haitani de los lentes con los brazos cruzados, se enojo incluso más cuando tuvo que alzar la vista para enfrentarse a las miradas amatistas de los Haitani. — ¿Cómo te atreves a hablar con el? ¿No estas viendo como esta por tu culpa?

Estúpidos Haitani, ¿por que son tan altos? Nahoya se sentía como un enano hablando con gigantes, aunque trataba de lucir intimidante, no sentía que estuviera funcionando.

— No estoy hablando contigo.

— Eh, ¿qué estas diciendo?

El pelinaranja al ver la mirada desafiante de Rindou sobre él quiso golpearlo. Se había estado conteniendo, no quería arruinar el tratado de paz de la Tokyo Manji con los del Tenjiku, tampoco quería hacer un show justo fuera de la escuela y sobre todo, no quería preocupar a Souya más, pero ese Rindou Haitani mirandolo con esa expresión fanfarrona (a los ojos de Nahoya), realmente le daban ganas de golpearlo, y al otro Haitani de trenzas que solo se había quedado observando como transcurría ese desastre, también.

Los quería hacer pagar por lo que le hicieron a él y a su hermano.

— Hermano, calmate, por favor. No vale la pena pelear con estas personas—. Angry tomo la mano de Nahoya, haciendo que el puño que se había formado en su mano se suavizará un poco, y tomará la mano de su hermano en respuesta.

— Esta bien Sou—. Murmuro Nahoya, mirando a su hermano con una sonrisa sincera, tratando de calmar el nerviosismo que poseia el peliazul—. Vámonos.

Nahoya jaló suavemente la mano de Angry, para emprender su caminó a la parada del autobús, que los llevaría a su casa. Sin embargo, los Haitani no los dejarían escapar tan fácilmente, no sin antes aunque sea hablar con ellos.

Soulmates «Ringry & Ranley»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora