Capítulo 10.

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La salida, ¿Cita? O como quieran llamarle siguió su curso

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La salida, ¿Cita? O como quieran llamarle siguió su curso. Al final de ella Rindou había insistido en acompañar a Souya a su casa, pero este negó efusivamente, si su hermano mayor se encontraba en la casa y llegaba junto al menor de los Haitani lo más seguro es que terminara con los dos envueltos en una pelea en plena calle.

Y Souya no quería sacar de la cárcel de nuevo a su hermano.

Además de que era bastante innecesaria la compañía de Rindou (aunque no era algo que a Souya le molestara particularmente), ya que el Kawata menor había ido en su propia moto, por lo que no tenía necesidad de que lo transportarán.

Aunque se le hizo un gesto bastante dulce por parte de Rindou, y le prometió que a la próxima salida lo dejaría acompañarlo a su casa.

Cuando llegó a su hogar lo encontró totalmente vacío, no se sorprendió de no encontrar a su hermano en la sala, ya que pensó que probablemente se fue a descansar a su cuarto. Sin embargo, cuando el peliazul subió hasta el cuarto de su hermano para avisarle que ya había llegado se dió cuenta de que tampoco estaba ahí.

— ¿A dónde fuiste hermanito?—. Se preguntó a si mismo en un susurró mientras buscaba debajo de la cama (por raro que pareciera una vez si había encontrado a Nahoya en ese lugar), y en el baño que tenía la habitación.

En ninguno de estos lugares tubo suerte, por lo que comenzó a buscarlo por toda la casa. No es que su hermano no se pudiera cuidar solo o algo así, sin embargo, dadas las condiciones en las que se encontraba debido a los síntomas de rechazo que había estado teniendo en esas semanas a Souya le preocupaba que le pudiera pasar algo si se encontraba solo en la calle.

Saco su celular del bolsillo del pantalón, y marco con un deje de ansiedad el teléfono de su hermano. Su alma casi cayó a sus pies al escuchar el ridículo tono de llamada que Nahoya había puesto como tono predeterminado cada vez que Souya le hablaba por teléfono.

Una vez más Nahoya había olvidado su teléfono en la casa.

Frustrado cortó la llamada, mirando con enojo la ubicación del teléfono de su hermano. ¿Porque había insistido tanto en tener un tonto celular si nunca lo llevaba consigo? Para lo único que ocupaba el teléfono su hermano era para sus juegos en linea y enterarse de los chismes de sus amigos por el grupo que tenían.

El sonido de una notificación proveniente de su celular lo saco de sus cavilaciones. Su corazón comenzó a acelerarse al ver el nombre de la persona que le había mandado un mensaje.

Rin H.

Sou

Soulmates «Ringry & Ranley»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora