Yuanfen「JeMark/MarkNo」

✧14 - las dudas del corazón

Cuando Jeno abrió la puerta de su habitación Trebor salió corriendo a recibir feliz a los recién llegados, seguido de él bajo Siyeon dándole un beso a su mamá y colgándose de la pierna de su papá.

—Me alegra que hayan llegado, justo a tiempo para la cena. ¡Tenemos un invitado!— Exclamó Jeno sonriente dejando ver al canadiense que bajaba las escaleras tímidamente.

—¿Mark? ¿Eres tú? ¡ven aquí!— La señora Yoona corrió a su encuentro, apretándolo entre sus brazos. Muy contenta de ver de nuevo a aquel chico que era tan unido a su hijo desde niños. —¡Has crecido bastante! Sólo mírate ¡estas tan guapo!— Las mejillas de Mark adquirieron un color carmín suave, viendo de reojo cómo Jeno aún sonreía.

—Una de las personas que extrañe mucho al estar en Canadá fue a usted, Yoona noona.— El canadiense la estrechó más en brazos, transmitiéndole el cariño sincero que aún sentía por ella.

Recuerda que desde niño ella era algo así cómo su segunda madre, ya que, la suya siempre estaba trabajando. Su madre desde siempre estuvo centrada en sus asuntos y era algo en lo que Mark nunca fue parte. En sí, fue criado por sus padres de una manera tan monótona, rara vez le transmitían parte de su cariño y en lo único en lo que pensaban era en criar de manera "correcta" a su hijo. Desde temprana edad ya escuchaba ese tipo de regaños venir de su madre; "debes aprender a ser el mejor en todo y rebasar a los demás" "si eres exitoso en un futuro ya sabrás a quién desechar y a quién no" en su tiempo de niñez nunca entendió aquello.

Pero al crecer se dio cuenta que ambos querían que creciera rápido, mentalmente, claro está. Que estuviera listo para cualquier debate, cualquier situación de liderazgo, que todo debía ser ganado por el mismo. Nunca recibió un beso de buenas noches en su frente por parte de su mamá, un "lo has hecho muy bien" de su papá o una tarde de películas con ambos. Todo giraba en torno a sus regaños y esas ganas que siempre tuvieron de que el fuese el mejor.

Tal vez no estaban conscientes de que lo único que quería su hijo era un poco de su atención, cegados por convertirlo en alguien bueno para un futuro. Pero no se dieron cuenta qué hay cosas que sólo debes dejarlas fluir poco a poco, sin tener que ser forzado y que todo tiene su propio tiempo al aprender cualquier cosa. No niega que gracias a ellos pudo desenvolverse más, tuvo la ventaja que desde pequeño lo inscribieran con un profesor de coreano y así pudo aprender más fluida-mente el idioma, él al ser originario de un país en donde sólo hablan inglés.

Sin embargo, de niño extrañaba vivir con su madrina en aquel campo tan tranquilo, en donde no habían reglas y donde siempre recibía un apretón amistoso en sus mejillas por parte de aquella hermosa mujer que aún vive en sus pensamientos. Cuando quiso una vez visitarla, su padre le dijo que ella ya no vivía en aquel campo y que se había ido, sin razón aparente de allí. Justo al poco tiempo sus padres se lo llevaron a vivir con ellos.

No sentía mucho el apego ahora hacía ella pero siempre estará esa duda, de saber dónde se encuentra ahora. Luego, allí es donde entra la señora Yoona.

Desde que él y Jeno comenzaron su amistad ella estuvo encantada, estaba muy feliz de que su hijo hiciera por fin un amigo, Jeno siempre fue un niño muy callado, ¿quién iba a pensar que él fue el primero en hablarle en aquel preescolar? Al principio la señora Yoona lo dejaba en su casa después de preescolar, ella misma había hablado con los padres de Mark para poder traerlo sin ningún problema. Al fin y al cabo Jeno y él estaban en la misma clase y se alegró que ambos padres no se vieran disgustados.

Y cuándo el tiempo fue pasando pudo notar la diferencia con la que se expresaba la señora Yoona con su hijo, era totalmente distinto a cómo lo trataban sus padres a él. Cuando Jeno tenía alguna duda ella se la aclaraba con parsimonia, para que en su cabeza pudieran quedar las palabras que decía. Sus padres solían enojarse al ver que se le olvidaban algunas cosas que ya le habían explicado, era un niño que a su corta edad ya tenía mucho en lo que pensar y al parecer no eran conscientes de eso.