La lluvia seguía cayendo cada vez más fuerte, pero eso era algo que ambos les gustaba, ya que así se olvidaban de todo lo que había a su alrededor. Se olvidaban de sus problemas, de los murmullos de la gente, de aquellas inseguridades que sentían.
—Entonces, ¿te vas a Alemania?
—Mi padre quiere que pase una temporada ahí, eso de que me haya peleado por una tontería no le hizo gracia.
—¿Una tontería? –Preguntó dejando el skate a lado– Que se metieran por tu condición sexual no es una tontería, además, se supone que tu padre ya sabía de tus gustos.
Aaron se quedó en silencio durante un momento, no sabía como decirle que aquella tontería no fue por sus gustos, sino que fue por ella. Porque unos chicos se burlaron de la única persona que lo comprendía, que lo hacía sentir bien.
Miro a la chica que había cogido un y sonrió, la veía diferente al día que hablo con ella. Con su vestimenta que cualquiera que la viera diría que es una mujer intentando parecer un hombre, una marimacho como suelen decirles a mujeres con esa apariencia. Pero a él le daba igual, le daba igual que se vistiera así.
—Sabes, podrías vestirte así constantemente.
—Qué quieres, que la gente me vea más rara de lo que ya soy.
—Yo no te veo rara, al contrario te veo que te sientes a gusto con esa ropa. Es más, acompáñame.
Se la llevo frente al espejo, le había puesto una gorra que dios sabe dónde lo había encontrado, tal vez sea de su padre. Le arreglo la camiseta, le puso una chaqueta y luego le dijo que se viera.
—Mírate, dime que es lo que sientes al verte.
—Me veo diferente, me gusta.
—Salgamos a la calle así, podemos patinar.
—Suena tentador, pero no.
—¿Por qué no? ¿Qué es lo peor que pueda pasar?
—Que se burlen, que te metas en alguna discusión y se entere tu padre.
—La gente se va burlar de nosotros, pero eso es porque nos tienen miedo. Miedo al ver que somos diferentes a ellos, al ver que a pesar de todo somos felices a nuestro modo.
—Aaron, la verdad es que...
—Venga, no pasará nada. Aparte hemos quedado con mi hermana.
—Espera a que me quite la chaqueta.
—Atenea, de verdad, no hagas caso a lo que te vayan a decir.
—No es por eso idiota, es que no has combinado muy bien los colores.
—¿Estas diciendo que soy malo diseñando? –Dijo haciéndose el ofendido.
—Te estoy diciendo que estos colores no combinan. –Respondió poniéndose un chaleco del chico– Este me gusta más, ¿qué te parece?
—Que ahora si pareces un chico, puede que más que yo.
—Perfecto, vamos a patinar a ver qué nos dicen.
—Esto será divertido.
Ahí estaban los dos en el parque patinando, esperando a la hermana del chico. Él miraba atentamente a la persona que estaba al frente suya haciendo trucos con el skate, a lo que de su mochila sacó una libreta y un lápiz.
—Quiero volver a dibujarte. –Susurró mirándolo tranquilo– Quiero descubrir el mundo así contigo, Artemis.
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Besaría tu nombre
Fiksi RemajaAmbientado al principio de los 2000 dos jóvenes empiezan a entablar una amistad, que hará que sus vidas cambie por completo. El auto descubrimiento de lo que siente, de lo que quieren ser, o cómo creen que no deberían ser según la sociedad