Capitulo 1.

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Me encontraba por los pasillos del instituto hablando con mi hermana, o por lo menos escuchándola ya que me estaba regañando porque habíamos llegado algo tarde. Bueno, no diría tarde ya que aún faltaba diez minutos para que empiecen las clases, pero como me había quedado dormido pues no tuvimos tiempo de preparar algunas de nuestras cosas.

—La próxima vez no te duermas tan tarde si sabes que luego te cuesta despertarte.

—Estaba terminando una cosa que tengo que entregar hoy, ya que los exámenes están a la vuelta de la esquina.

—Ya, pues tendrías que haberlo hecho a tiempo.

—Pero al final lo hice.

—Seguramente lo habrás hecho mal, para un aprobado justo te dan.

—Vale ya, ¿no?

—Sabes que estoy de broma hermanito.

—Como sea, Eli. –Dijo sonriendo.

—No me llames así.

—Si quieres te digo por tu nombre de verdad.

—Ni se te ocurra.

—Sabes que estoy de broma hermanita.

—Eres un idiota.

—Como sea, pero mira llegamos a tiempo.

—Luego te veo, me iré a clase.

Me había dirigido a mi clase el profesor aún no había llegado, mis compañeros estaban hablando de sus cosas. Yo había sacado mi móvil y me puse a jugar a los juegos que tenía, estaba lo que se dice tranquilo a lo que esa tranquilidad se me fue cuando escuché una voz.

—Aaron, quieres dejar el móvil.

—¿Para qué? Para verte a ti y la ropa que traes.

—Qué le pasa a mi ropa, ¿no combina verdad?

—Por favor, relájate.

—Es una broma, es que ver la ropa que tienes se me pasa.

—Perdón por no tener estilo. –Dije rodando los ojos– Es que a mi combinar no me gusta.

—¿Y estos dibujos qué?

—Billy, deja eso.

—La tabla es un poco rara, ¿no?

—Es un skate, presumido. Se que nunca has visto uno, ya que es algo de pobres para ti.

—Muy gracioso, pero he visto uno en el campo de golf.

—En la televisión, ¿verdad?

—Si. Vamos Aaron, sabes que a mis padres no les gusta esas cosas. Ellos...

—Ellos piensan que esas cosas son de gente pobre, gente que no están a su altura. Lo sé, niño rico.

—Será mejor que me vaya, ya viene tu compañera de mesa.

En eso mi vista se fue a dirección a la puerta, otra vez aquella chica llegaba tarde. Era algo normal en ella, solía llegar minutos tardes, pero era algo que no le importaba. Tampoco es que hable con ella, de todo lo que llevamos de clase solemos hablar lo justo.

Las clases habían empezado la profesora nos explicaba algunas cosas en eso empezamos a corregir unos ejercicios, a lo que me di cuenta de que mi libreta no estaba en mi mochila, debería habérmela olvidado cuando salí de mi casa. No sabía que hacer ahora, tal vez debería decirle a la profesora de que me olvide la libreta, que me ponga una mala nota por falta de trabajo y llegar a mi casa y escuchar el sermón de mi padre. Parecía que ya estaba todo perdido para mi, pero mi compañera me dio su libreta diciéndome que dijera las cosas, me había sorprendido de que me ayudara, tal vez le habré dado pena y por eso intenta ser algo de calidad.

Besaría tu nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora