Capítulo 2

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Kerian

Le estaba pidiendo a mi espíritu que me otorgará paz mental.

Papá no había cortado la maldita llamada desde las 7 de la jodida mañana repitiendome exactamente las mismas cosas para que yo solo le dijera "Aja" como un imbécil. Maikol Lodge era estresante cuando quería...

—Y entonces, cuando lo tengas, vuelves aquí y me lo das ¿Okey?

—Aja papá — rodee los ojos— ya entendí, estoy llegando a su casa ¿Puedes parar ya?

—Si, si— acepto

—Bien —suspiré— Adiós, papá

—¡Espera! ¡Kerian!

—Si...

—Cuando sientas que dudas, porque definitivamente llegará un momento donde te vas a replantear todo recuerda la historia— enfatizó, con su voz ronca y enfermiza poniéndome los nervios de punta— recuerda lo que ellos nos hicieron. No te detengas.. Y no dudes...

Apreté la mandíbula recordando cada palabra. Cada grito, cada golpe y cada cicatriz.

—Entendido papá— le dije, severo— cero desconcentracion...

—Ninguna distracción— terminó por mi—adios campeon...

—Adiós...

Me alise el saco y la corbata, antes de finalmente tocar la puerta de la mansión. Un hombre elegante me abrió un momento después y me sonrió.

—Buenos días, señor Lodge—dijo su voz ronca y profesional— Al fin nos conocemos. Soy David Wastel.

—Mucho gusto señor— le tendí mi mano— es un privilegio para mí que me recibiera aquí hoy...

—Lo es para mí— dijo sonriente apretando mi mano— pase adelante. En un momento llegara mi compañero y podremos iniciar.

Pase a la gran casa y de inmediato me encontre con dos chicos de cabello castaño, igualitos al hombre que habia abierto la puerta.

—Ellos son mis hijos, Matt y Max

—Mucho gusto— les tendí la mano — Kerian Lodge

Ambos me dieron la mano y me sonrieron. Uno de ellos tenía una mirada cálida y tranquila, mientras que el otro me veía como si pudiese leer todos mis pensamientos. El primero se disculpo y subió las escaleras mientras el otro señalaba el pasillo.

—El señor Spencer esta ya en la sala de juntas — informó con una voz fría y profesional.

Todo el camino a la sala de juntas el nombrado gemelo Máx, se veía muy serio y sólo se me quedaba observando con atención, como si leyera mis movimientos y calculará si era o no una amenaza.

—Señor Lodge—un hombre de traje café se puso de pie en cuento entramos a la sala— es un gusto. Jorge Spencer.

Tome su mano y la estreche. Claro que yo sabía quiénes eran. Los había estado siguiendo y estudiando como un loco desde hacía meses. Sabía perfectamente por quienes estaba conformada la familia y sabía que tipo de empresarios eran.

Connie Spencer (+18) [3]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora