•• CAPÍTULO I ••

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La arena se escurre entre los dedos de su pálida piel, haciéndole cosquillas a Jaime cuando vuelve hacia el mar arrastrada por la fuerza de las olas. El sol está en su punto más alto, no hay nadie más en la playa además de él y su familia—privilegio de que su padre sea Coronel de las Fuerzas Armadas—y el aire salino que llega hasta sus pulmones le saca una sonrisa.

El último día de verano siempre ha sido su favorito desde que tiene memoria,y este en especial lo tiene más emocionado que nunca. Con cada hora que pasa el tiempo que falta para comenzar en la Facultad de Medicina es menos. ¡Y Jaime muere por ponerse el uniforme y usar el estetoscopio que le han comprado sus padres cuando se supo que había sido aceptado!

A kilómetros de allí, en el último apartamentucho de un solar en la Habana Vieja, Emilia prepara almuerzo para ella y para su padre. No tiene que esforzarse mucho porque, a fin de cuentas, lo único que hay dentro del refrigerador es un cartón de huevos y un mazo de habichuelas casi secas, pero ella sabe que su papá trabaja demasiado y necesita comer lo más rápido posible cuando llegue a casa para así poder irse otra vez a la calle con más prisas que antes.

Mientras espera que el aceite se caliente para freír los huevos mira orgullosa la mochila remendada que está al otros extremo de la única habitación de toda la casa. Tía Matilde ha hecho un excelente trabajo, parece casi nueva, digna de una futura doctora.

De pronto, el retumbar de unos tambores la fuerza a salir de sus pensamientos haciendo que ponga una mueca de fastidio en su rostro. Molesta, saca de la sartén el huevo que ya está frito y avanza hacia la puerta dando pisotones solo para cerrarla de un portazo segundos después.

Todos los domingos su vecino invita a un montón de gente para tocarle a su santo y beber ron del bueno, del que venden en botellas caras en las tiendas de Tercera y Setenta; así que ella tiene que morderse la lengua y taparse la cara con una almohada si el festecún se extiende hasta la noche porque sabe que, si llama a la policía, no vendrá. Don Andrés es el Jefe de Sector, y muchos de sus amigotes ya vienen en una patrulla.

Para no perder la paciencia, tararea la única canción de Benny Moré que se sabe, esa que su padre canta cuando está contento o nostálgico de su ciudad natal. A Emilia no le gusta ese tipo de música y sin embargo esa canción en especial siempre consigue relajarla. A fin de cuentas, sus padres comenzaron a salir después de la primera vez que la bailaron juntos y ese, ese continúa siendo un recuerdo feliz.

—¡El Bárbaro del Ritmo!—exclama su padre al entrar a la casa y escucharla. —¿Ya está el almuerzo mija?—le pregunta una vez se ha quitado la gorra y soltado la mochila. Tiene la ropa pegada al cuerpo de tanto sudor.

—Sí papi, ya. Te hice los huevos como a ti te gustan, bien fritos. Dale siéntate que ahora te sirvo el arroz.

—¿Mija y ya tienes todo listo para la escuela?

—Sí don Emilio—le responde ella con una sonrisa, sentándose a la destartalada mesa con un plato para ella también. —Tía Matilde me la trajo esta mañana viejo. Dice que son sesenta pesos pero que por ser a ti te lo deja en cuarenta.

Emilio no responde. Se lleva una cucharada de arroz a la boca y suspira con cansancio. Las ojeras bajo sus ojos delatan las horas que le ha robado a la noche para poder salir temprano esa mañana a vender maní. Él no lo sabe, pero su hija se ha pasado toda la mañana preparando cucuruchos para que él no tenga que desvelarse.

Mientras tanto, Jaime continua disfrutando de la playa, sentado en una tumbona con un plato desechable lleno de pollo asado y papas fritas.








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apartamentucho: apartamento pequeño, generalmente de una sola habitación en la que hay una sala inexistente, una cocina a un costado, una cama en el otro extremo y un bañito.

festecún: fiesta, celebración.

Jefe de Sector: en Cuba se refiere al policían en jefe encargado de un barrio o municipio en específico. Es una autoridad.

cucurucho: cono de papel pequeño reyeno de granos de maní tostado. A veces de venden con sal y otras veces con azúcar.

Creo que esas son todas las palabras que pudieran o no ser diferentes. Si ves algún otra puedes decirme sin problemas y la incluyo.

Ahora sí: ¡Aquí comienza la historia! ¿Qué te parece hasta ahora? ¿Qué crees que suceda cuando Emilia y Jaime se conozcan?

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!

Chocolate amargo con chispas de vainillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora