𝑮𝒆𝒏𝒔𝒉𝒊𝒏 𝑰𝒎𝒑𝒂𝒄𝒕: 𝖮𝗇𝖾 𝖲𝗁𝗈𝗍𝗌

Razor

Título: No todos los lobos feroces devoran a las Caperucitas

Palabras:3002

Aviso: un poco de RedHood AU.

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-____, tienes que ir a junto de tu abuela, prometiste que la irías a visitar-una voz te despertó de tus sueños más profundos. Era tu papá, quien trabajaba como cazador en la Aldea Aguaclara, tu lugar de nacimiento, y el mismo que ahora estaba interrumpiendo tu sueño con unicornios y arcoiris -según lo que había dicho este mismo- y lo que para ti en realidad era un imperio en el cual eras la reina suprema y tenías miles de soldados y sirvientes y dragon...-ES VERDAD, ¡LA ABUELA!- te levantaste de golpe, porque sí, tu abuela era lo más importante para ti en el mundo, incluso por encima de tu imperio soñado, y nunca desaprovechabas las oportunidades que tenías de ir a visitarla a Mondstadt. Te vestiste con rapidez, no sin antes echar a tu padre de tu habitación, claro está, y bajaste las escaleras con rapidez para comenzar a comer como una loba hambrienta

-_____-tu padre te habló, tú dejaste de comer para mirarlo-Me preocupa que vayas hasta Mondstadt, he estado oyendo rumores sobre algún que otro ataque de lobos a mercaderes y...-le hiciste señal de que dejase de hablar, bebiendo tú un poco de zumo de Valbayas.

-Papá, ya sé los rumores, no soy estúpida, Diona me los comentó en su última visita-te llevabas muy bien con la pequeña gata, y adorabas que viniera a visitarte para contarte qué tal había ido su día, aún si ella se la pasaba quejándose de cierto pelirroja que le hacía competencia en el trabajo.-Y no me importan mucho, la verdad-proseguiste con tu desayuno, tu padre te miró levemente sorprendido, para después cambiar su rostro a indignación

-¡¿Cómo puedes decir eso, _____?! ¡¡Deberías valorar tu vida más!! ¡¿Qué haría si te pierdo?! ¡Eres lo único que me queda en este mundo! ¡No debería dejarte salir con esos animales atacando!-captaste la desesperación en el tono de voz empleado por tu padre, tú suspiraste, esta discusión no iba a llegar a ninguna parte.

-Papá, los lobos no suelen atacar así como así, algo debe haberlos alterado, pero está bien, dudo mucho que vaya a encontrarme con alguno de ellos. Los ataques han sido por su terreno, y, hasta donde yo sé, las afueras de Mondstadt no forman parte de su terreno. -explicaste mientras que te limpiabas los restos de comida de tu boca con la manga de tu camisa negra. Tu padre no supo qué decir ante esto, pues sabía que tenías toda la razón- ¿Sabes? Creo que mamá te mataría si te hubiese escuchado tan histérico sobre lo de los lobos, después de todo, ella ha convivido durante un tiempo con ellos-volviste a suspirar de nuevo, hoy te estabas acordando mucho de tu mamá, suponías que era porque estabas un tanto sensible.

-P-pero...-tu padre no supo contradecir tus palabras, agradeciste mentalmente que tu abuela y tu madre te hayan enseñado a defenderte con argumentos, sino, posiblemente te quedarías encerrada en tu casa debido a la cabezonería de tu padre-Ugh, está bien, tú ganas, pero al menos llévate tu caperuza, hoy lloverá, y no quieres coger un resfriado, ¿no?- tu padre te extendió tu caperuza color rojo sangre, y tú a regañadientes la cogiste. Entendías que se preocupara tanto, después de todo, ahora tu madre ya no está, pero sabías cuidarte tú sola, no por nada tenías tu Visión Pyro, además de que había sido él mismo quien te había enseñado a usar la espada ligera.

-Está bien, Papá-le sonreíste, poniéndote la caperuza y guardando la espada en tu cinturón-Ya me voy, cuídate mucho-lo abrazaste y saliste corriendo, mientras que tu padre negó con la cabeza al verte tan feliz por salir. Él sabía que estaba siendo muy sobreprotector, pero temía que te fueras de viaje, dejándolo a él tirado, tal y como había hecho tu madre cuando apenas y eras una niña.