Capítulo 22

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Clarke cogió una botella de agua fría y salió fuera, sintiéndose muy preocupada por Lexa. Obviamente, no hablar de lo que le había sucedido no estaba siendo bueno para ella y si Clarke había respetado su decisión había sido porque consideraba que la castaña solo necesitaba un poco más de tiempo. Sin embargo, usar el alcohol para olvidar no parecía del todo la mejor idea; Podría acabar mal y Clarke no estaba dispuesta a permitirlo.

Se detuvo en el patio y vagó con sus ojos tratando de localizar a Lexa entre los invitados. Había bastante gente, disfraces de todo tipo que distrajeron momentáneamente su atención, y estaba parcialmente oscuro, por lo que le llevó unos minutos encontrarla al otro lado de la piscina hablando con... ¿Gaia? O ¿quizás debería decir diosa egipcia?

La chica de piel morena lucía impresionante junto a Lexa; Clarke tuvo que admitirlo mientras se acercaba hasta ellas. El traje de una sola pieza de tejido elástico combinado en blanco y dorado se ajustaba al cuerpo de Gaia sobre su pecho y cintura con bandas cruzadas, dejando muy poco a la imaginación y llevaba un gran collar con joyas simuladas y una tiara en el cabello con colgantes estilo boho y unos largos pendientes a juego. La falda abierta partía de su cintura y llegaba hasta sus tobillos, simulando una túnica que Lexa tocaba en una actitud que hizo a Clarke sentirse un poco ansiosa por averiguar qué estaba pasando allí.

Fue justo cuando Gaia daba una vuelta sobre sí misma mostrándole a Lexa el resto de su atuendo que vio a Clarke mirarlas con un semblante bastante serio mientras se acercaba.

Gaia se detuvo en seco, haciendo que la túnica se deslizara de las manos de Lexa. La rubia pudo apreciar el nerviosismo de Gaia manifestándose en la tensión de sus hombros y en la sorpresa de sus ojos que se abrieron de par en par como si no hubiese esperado verla.

Por su parte, Lexa apenas notó su llegada y continuó admirando su disfraz mientras acariciaba el brazalete dorado de su brazo y halagaba su maquillaje, el cual había aplicado acertadamente usando una alargada y gruesa linea negra para el perfil de los ojos y una sombra en tonos turquesas para sus párpados.

— Guau... es como si de repente me hubiese transportado a Egipto -decía Lexa, sonando un poco borracha.

Una sensación extraña se apretó en la boca del estómago de Clarke muy parecida a la molestia.

— Ey... -saludó Clarke — ¿Interrumpo algo? -preguntó, mirando a la castaña.

— Eh... hola -balbuceó Gaia, admirando de cerca el disfraz de Clarke. — No, no... solo...

— ¿No te parece que Gaia está espectacular? -respondió Lexa, señalando su traje con la mano.

Gaia sonrió nerviosa y llevó la mano a su cabeza.

— ¡Bah! No es para tanto.

— Pues a mí me encanta... ¿Qué dices, Clarke?

— Eh... sí, ¿lo hiciste tú? -preguntó la rubia de manera distraída, dirigiendo su atención a Lexa y al coctel que llevaba en la mano.

— No, no... Lo conseguí por Amazon.

Hubo un ligero silencio; Lexa esbozó una amplia sonrisa, mirando primero a Gaia y luego a Clarke. En cambio, Clarke parecía tan concentrada en otra cosa que apenas pudo notar cómo los ojos de Gaia se paseaban descaradamente por su cuerpo.

The Rainbow ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora