Capítulo 32.

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***


— ¡Bienvenidas! -exclamó Raven con una sonrisa en su rostro dejando pasar a Clarke y Lexa.

— ¿Somos las primeras? - preguntó la rubia, notando que la casa estaba vacía.

Exageradamente decorada, pero no obstante vacía.

— O está en la cocina y Kyle y sus amigos deberían llegar en cualquier momento - respondió Raven, ampliando su sonrisa —De hecho, me alegro de que hayáis llegado temprano, porque quería mostraros algo - agregó de manera misteriosa, comenzando a caminar hacia las escaleras e indicándoles que la siguieran con un movimiento de su mano.

— ¿Necesitas ayuda para subir? - preguntó Clarke suavemente, apoyando la mano en la espalda baja de Lexa.

— Estoy bien, gracias - sonrió Lexa, agradeciendo la consideración de la rubia. — Ya ni siquiera duele tanto - le aseguró con otra sonrisa, subiendo las escaleras.

En el pasillo, pasaron por la puerta del baño y Lexa no pudo evitar recordar ese momento especial que ella y Clarke compartieron en la fiesta de Halloween de Raven; en ese entonces, Lexa estaba segura de que era el alcohol el que la hacía ver cosas que no estaban allí, pero ahora no podría estar más feliz de que se demostrara lo contrario.

La mano de Clarke encontró la de ella, dándole un suave apretón, y solo necesitó una mirada de esos fascinantes ojos azules para saber que Clarke también estaba pensando en la noche en cuestión, y a juzgar por la sonrisa de complicidad en sus labios, ese era también un recuerdo agradable para ella.

— ¡Ta-da! - Raven exclamó, abriendo la puerta al final del pasillo. — Mis queridas tortolitas... ¡Esta noche tenéis el dormitorio principal!

Ambas compartieron una mirada rápida antes de seguir a su amiga al interior y descubrir una habitación enorme con una cama tamaño king, un pequeño sofá y una mesa de café debajo de la ventana, dos mesitas de noche, una a cada lado de la cama, armario empotrado y una puerta al lado que conducía al baño.

— No os voy a mentir... - continuó la latina. — Kyle y yo hemos... bueno, digamos que nos hemos quedado en esta habitación varias veces -rio entre dientes — pero no os preocupéis; se ha limpiado a fondo y las sábanas de algodón egipcio más nuevas de mi padre ahora son vuestras para que las destrozéis de la forma que queráis - añadió, levantando las cejas juguetonamente hacia la pareja.

— Puaj, Rae... - Clarke frunció el ceño mientras Lexa solo fue capaz de sonrojarse ante la sugerencia.

— ¿Qué? - rio Raven.

— ¿Realmente tuviste sexo en el dormitorio de tu padre?

— ¿Y por qué no? No es como si lo usara de todos modos - la latina se encogió de hombros, pareciendo no verse afectada por la ausencia de su padre. — Entonces - continuó, quizás demasiado ansiosa por cambiar de tema — Os dejé un pequeño regalo de bienvenida en la cama - les guiñó un ojo y comenzó a caminar hacia la puerta. — ¡Nos vemos abajo!

Tan pronto como cerró la puerta, los ojos de Clarke se desviaron hacia la cama, localizando una caja rectangular plateada con una cinta roja y dos juegos de toallas que Raven había doblado y colocado cuidadosamente a cada lado de la caja.

Lexa dejó su mochila en el suelo y observó a Clarke acercarse a la cama y agarrar la caja.

— ¿Deberíamos abrirlo ahora? - la rubia preguntó cuando sus ojos se encontraron de nuevo.

The Rainbow ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora