Imbécil.

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-¡YUN!- El abrazo se volvió más potente.- ¿Estas bien? ¿Ese idiota te hizo algo? Aaarhg lo mataré.- Su voz ya era más que conocida.

-Estoy bien.-Dejé que me siga abrazando.- No hace falta que te preocupes tan…- Nuevamente, no dejo que terminase mi frase.

-No sabes cuánto me alegra escuchar eso.- Me alejó un poco y colocó sus manos en mis hombros.- Pero, aun así, matare a ese hijo de puta que nos traicionó.- Vi como la cara de mi compañero enlazaba una sonrisa maliciosa.

-Él es mi objetivo, Ho Seok.- Sonreí ante su reacción. Jung Ho Seok, era una de las personas más cercanas que tenía en ese lugar. Ambos habíamos empezado a “trabajar” el mismo día y con el mismo encargo.- Así que aléjate de él ¿Escuchaste, Caballo?- Le dije en son burlón. Me miro extrañado y rio.

-Está bien, está bien. Te lo dejo.- Le sonreí en reacción a su respuesta. Él, por su parte, posicionó su mano derecha en mi cabeza y empezó a revolver mis cabellos.-… ¿Quién es?- Levanto la vista, su sonrisa se borró, a cambio, frunció el ceño. Volteé y vi el rostro de Pyo mirando lo que sucedía a través de la ventanilla de la camioneta.

-Se llama Pyo Ji Ho, es el hijo de quien nos contrató hoy.- Volví la mirada a Ho Seok.- No tienes por qué preocuparte.- Le sonreí para transmitirle confianza. Retrocedí unos pasos y rodeé el vehículo. Llegué a la altura de la puerta trasera derecha. La abrí y empecé a bajar algunos de los bolsos. Levante mi mirada y vi como Ji Ho me observaba fijo.- Baja. Aquí nadie te hará daño.- Le sonreí para fiarle confianza. Él no contesto, solo bajo de la Dodge Journey y, junto a Ho Seok, me ayudaron a terminar de bajar las cosas que faltaban.- ¿Están todos?- Mi preocupación empezó a aumentar.

-¿mmm?... Si te refieres a Min Jee, Ji Hoon y Eun. Sí, los recogí a unas cuadras del lugar.- Sus palabras me aliviaron mucho.- Es más, todos están preocupados por ti.- Visualice como entonaba una gran sonrisa.- Vamos.- Agarro algunas maletas t se dirigió a una puerta que se encontraba entre la oscuridad.

-Vamos.- Repetí, tomando algunos bolsos con mi mano derecha, y con la izquierda, agarre la muñeca de P.O.- Ven, también están preocupados por ti.- Lo guíe hasta la salida de la habitación, la cual llevaba a un pasillo, iluminado con luces tenues que se encontraban en el suelo, que terminaban con una escalera descendiente. Seguimos a mi amigo, bajando por estas. Solo nos iluminaban algunas luces amarillentas colocadas en el techo.

Al cabo de unos instantes, llegamos al final. Ho Seok, abrió la puerta y nos hizo pasar a otra habitación. Esta estaba completamente iluminada, tenía un leve olor a incienso de lavanda. En el interior de la misma, pude visualizar a los demás. Ellos estaban sentados en algunos de los sillones que estaban repartidos por ese lugar. Al escuchar el sonido de la puerta, se levantaron y los vi avanzar rápidamente sobre mí. Sentí los brazos de Min Jee y Ji Hoon rodear mi cuerpo y la mano de Eun, revolviendo mi pelo. Simplemente, me limite a corresponder el abrazo de los gemelos.

-¿Se encuentran bien?- Les pregunte, aun sin alejarme de ellos. Los hermanos asintieron sin soltarme.

-Nos encontramos bien, J-Hope nos fue a buscar. Creo que tu padrino lo llamo para avisarle.- Contesto Ginshi, con una sonrisa formada en su cara.

-Ya veo.- Retrocedí un poco. Recordé los disparos que había escuchado a través del Walkie Talkie.- ¿Dónde está Chul?- Bajé los brazos y los gemelos hicieron lo mismo, para luego distanciarse unos pasos de mí. Mi hermano tomo mi mano y junto a Ho Seok, me llevaron a un sitio más alejado de la casa. Era una habitación donde ya había estado antes. Eun abrió aquellas puertas y me ordeno entrar. Me sorprendí.

-¿C-como es posible?- Chul estaba sentado fumando uno de sus habanos.- Pe-pero si nadie contesto y escuche los tiros.- Rápidamente, me acerque a él dándole un fuerte abrazo.

-No tienes por qué sorprenderte tanto.- Posa sus manos en mi espalda.- Soy indestructible.- Reí. Había pensado en lo peor.- Tienes suerte de tener a un padrino inmortal.- Lo decía de nuevo, sus típicas palabras de aliento. Se levantó de su asiento y salió de la habitación. Lo seguí. SE paro frente a todos y aclaro su garganta. Me senté junto a J-hope y me concentre en lo que mi padrino diría.

-Hicieron un buen trabajo.- Nos brindó una sonrisa.- Y como Yun les notificó, en la fiesta se encontraba nuestro querido ex-colega, Min Yoon Gi o Suga, como quieran decirle.- Note como las manos de J-Hope se formaron puños.- Fue un contra tiempo bastante inoportuno. Pero, supieron bien cómo manejar la situación. En especial, ustedes dos, Pyo Ji Hoon y Yun Gi. Me llego la información que se encontraron frente a frente con esa escoria. Hicieron bien en no matarlo. Él no era su objetivo y supieron cómo abstenerse.- Todos voltearon a verme, en especial Eun, quién me miró frunciendo el ceño.- Bien hecho.- Nadie bajaba la mirada de mí, notaba sus ojos me analizaban detenidamente.- Tú me sorprendiste.- Dirigió su mirada al hijo de Pyo Chin Hwa.- Nunca pensé que fueras capaz de tomar un arma y, es más, que la hayas utilizado como herramienta de amenaza.- No podía creer lo que le oía decir. Él exactamente todo lo que paso.- Me impresionó que entendieses cuando salir a escena.- Era prácticamente imposible que Chul Moo supiese siquiera que Ji Ho apunto a Suga con un arma. Él nos estuvo vigilando todo el tiempo. Fruncí el ceño de tal solo pensarlo.

-Fue una prueba.- Interrumpí lo que decía y me cruce de brazos.- Como es posible que supiese todo lo que habría pasado.- Mi voz sonaba irritada.- ¿Cámaras? No, si hubiesen sido cámaras, las hubiese localizado a penas entrar al edificio.- Me estaba enfadando con el paso de cada segundo.- Tú estabas allí. Sabes, fue demasiado raro que Suga haya encontrado tan fácilmente mi localización, teniendo en cuenta que me vio directamente a los ojos. También, el hecho que él haya ido directamente a la sala donde desembocaba la escalera por la cual nosotros bajamos. Ya que me acuerdo hacer visto más escaleras que terminaban en otras habitaciones.- Mi voz sonaba más que furiosa.- Y, sin decir más, ¿Qué haya ido directamente a ese armario? Había más puertas en esa habitación, que hubiesen servido como mejor escondite.- Me levante del asiento donde me encontraba.- Y los únicos en los que confías para ese tipo trabajos de expiación son Jin, yo o Tae, pero ellos están en otro encargo. No serías capaz de enviar a otra persona a que vigilara nuestros movimientos. Obviamente tú estabas allí, guiando a Yoon Gi. Esa fue una prueba.- Mire a Ji Ho.- Acaso… ¿Él se unirá a nosotros no es cierto?- Lo apunte con mi dedo índice. Realmente, estaba muy enfadada. Todos me miraron desconcertados.

Mi padrino dio un suspiro que disimulaba una pequeña risa.- No me sorprende que lo hayas descubierto. Tienes la inteligencia de tú padrino.-No conteste, solamente me quede mirándolo a los ojos.- Bueno, sí. Yun tiene razón.- Todos voltearon a ver a Chul, se notaban muy sorprendidos.- Pyo Ji Ho, formara parte de nosotros. Lo que hicieron hoy fue un trabajo verdadero, hecho por Pyo Chin Hwa. Pero el hecho que haya aparecido Yoon Gi, si fue planeado. Quería saber cómo reaccionarían a su aparición, y si serian capaz de controlarse. Además, aproveche la ocasión para iniciar a Ji Hoon.- No conteste. Simplemente me limite a retirarme de ese sitio. No pensaba seguir soportando más cosas. Estaba realmente cansada, había sentido demasiadas cosas por un día y, ya era tarde. Recorrí lo que quedaba del salón y salí de la habitación a través de una de las puertas que ese lugar tenía. Me llevo a un pasillo, parecido al que habíamos recorrido junto a P.O y J-Hope, lo crucé casi corriendo. Me detuve frente a una de las entradas, que ese estrecho pasadizo poseía a sus lados, tenía el número 540 tallado a lo largo de toda la misma. Tome el picaporte con fuerza y entré, adentro no me esperaba nada fuera de lo normal, solamente, se trataba de un dormitorio. Cerré la puerta con cerrojo y procedí a tirarme sobre la cama, hundiendo mi cara en el almohadón que estaba posado en esta. No podía creer que Chul Moo hiciese eso, mejor dicho, fui una imbécil por no pensarlo. Cada vez que pensaba conocer a mi tío, viene con alguna de estas estupideces. Me sentía enojada, impotente, traicionada, no puedo explicar lo que realmente mis emociones expresaban. Abracé la almohada que estaba bajo mío y traté que el sueño me venza.

Más de una vez, sentí como alguien trataba de abrir la puerta o golpeaba la misma, con la esperanza de que abriera, pero no fue así. Ignore todo ruido proveniente del exterior de mi alcoba. Quería estar sola y si no lo entendían, no me iba a tomar el tiempo para explicarles lo que me sucedía. Luego de un rato, los golpes terminaron y, finalmente, pude dormir.

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