My obsession | Henry Cavill

CAPITULO 35

ADELE

Sorbo mi nariz mientras sigo sollozando, ya enjambre pasado varios días desde ese horrible momento en el club, le he mandado mensaje a René pero n me contesta y la verdad no tengo el valor para ir a su casa.

Si, soy una cobarde.

¿Pero como miras a tu mejor amiga a la cara después de semejante traición?, simplemente no puedo, no tengo el valor para mirarla, para hablarle frente a frente por que se que lo que diga no podrá arreglar nada.

Otra cosa más en mi horrible vida son mis padres, desde que papá volvió antes del viaje se la han pasado discutiendo, <<infiel>>, <<loca>>, <<separación>>, es lo único que he escuchado en estos días.

Por otro lado esta Henry el cual me ha mandado mensajes que no he contestado por que quiero hablarle en persona, tengo que así que con las pocas fuerzas que tengo me levanto, voy a mi armario en donde me pongo lo más cómodo que tengo, no hay ánimos en mi para sacar mi lado de la moda.

Lo único que tomo es mi celular antes de salir.

Para mi suerte el chofer está aquí así que le pido que me lleve a la empresa de Henry alegando que mi padre está ahí, todo el camino no pensé en otra cosa más que en la reacción que él ojiazul tendrá, al llegar le digo al chofer que no es necesario que se quede.

Camino rápidamente hacia el gran empresa pero un balón me detiene y luego una bofetada me desestabiliza.

—¿Que mierda?— alzó la vista para ver a Luciana.

—Niña zorra— suelta —Por tu culpa Henry me dejo.

—Estas loca— trató de seguir caminando pero me detiene de nuevo.

—No te vas querida, no te vas hasta que me escuches— alza la voz.

—Suéltame loca— me zafo de su agarre.

—No voy a dejar que goces de él, ¿por que tenias que atravesarte en mi camino?, yo lo amo y tu solo lo ves como diversión adolescente.

—No voy a discutir contigo.

—¿Te da miedo que te diga tus verdades?

—Créeme que las se.

—¿Que sabes?, ¿que eres una niña idiota?, zorra prostituta.

—¿Y tu que?, ¿Crees que alguna vez te tomaría en cuenta?, no eres más que una gata pobretona, todo lo que tienes es gracias a Henry, a su dinero, yo no necesito eso por que dinero me sobra, en cambio tu, tu si eres una prostituta que se ven...

Su empujón me manda al suelo a callar, es tan fuerte el impacto que siento un gran dolor en el vientre, llevo mi mano ahí quejándome, cierro los ojos fuertemente por el dolor.

—Me duele— me quejo.

—Niña, párate, no juegues— dice la pelinegra.

Llevo una mano a mi parte íntima en donde siento raro y cuando veo hay sangre.

—Ah...— me quejo.

—Dios, ¿que te pasa?— varias personas nos miran.

—Ayúdame— le pido.

Ella me levanta como puede, por el dolor llevo casi todo el camino los ojos cerrados pero de un momento a otro siento que me sube a un auto, luego ella se pone a conducir.

—¿Que te pasa?— en su voz hay angustia.

—Me duele— sollozo.

—Ya voy a un hospital, pero necesito saber que te pasa para que te atiendan— maneja rápido.