My obsession | Henry Cavill

EXTRA: LUNA DE MIEL

HENRY

Abrazo por la cintura a mi esposa mientras disfruto del delicioso sol de México, no cabe duda que Tulum fue una gran opción para esta luna de miel.

Adele se mueve de forma que quedamos cara a cara, abre los ojos lentamente, sonríe al verme pero su sonrisa se esfuma de inmediato, está enojada conmigo por haber arruinado el pastel en la boda y terminar en la alberca con Benjamin por pelearnos.

Se aleja de mi, baja de la cama dejando ver su cuerpo solo vestido por unas diminutas bragas de encaje blanco, llevo mis ojos a sus pechos y ella cruza sus brazos sobre ellos.

Ahora miro su para nada abultado abdomen, no puedo creer que seré papá por tercera vez, ya quiero que su pancita crezca, saber si será Niño o niña, todo esto me emociona como si fuera primerizo, lo único malo son los cambios de humor tan repentinos de Adele, como por ejemplo hoy.

—Amor, duérmete un rato más, es temprano— le pido y ella niega.

—No quiero dormir contigo, eres un idiota y estoy enojada— medio sonrió.

—Eso no me decías anoche— entrecierra los ojos —En realidad no parecías nada molesta, te veías más...excitada.

—¡Cállate!, tú me sobornaste, te aprovéchate de que mis hormonas están alteradas por el embarazo— chilla.

—Bebé...

—¡Nada!— lleva las manos a su estómago y me mira como niña chiquita —Tengo hambre.

—Estas enojada, ¿no?

—Si...no, no lo estaré si me traes el desayuno— hace un puchero.

—Estas enojada— repito.

—Bebé y yo tenemos hambre— acaricia su vientre y no puedo resistirme.

—Okay pediré que suban...

—Ve tu— se sube a la cama —Para poder arreglarme.

—Está bien, ya voy— me pongo de pie, ella relame sus labios cuando mira mi miembro desnudo.

Pervertida, no puedo creer que una enana de uno sesenta me domine.

Me pongo el bóxer y una pijama para bajar por el desayuno, hay muchas personas ya en el restaurante, visten con trajes de baño o muy frescos mientras que yo ando en pijama.

Le pido a un trabajador del restaurante si puede darme Hot cakes, café y jugo de naranja para dos personas a lo que dice amablemente que si. En menos de veinte minutos ya estoy subiendo con el desayuno en mis manos.

Como puedo abro la puerta y al entrar dejo la charola sobre la mesa para dos qué hay en la habitación.

Mi esposa sale del baño con un vestido blanco solo un poquito arriba de las rodillas, noto por el cuello que debajo tiene el bañador puesto, me mira y no me sonríe a mi si no al desayuno sobre la mesa.

—Que rico— se sienta y yo hago lo mismo —Quiero ir a pasear por la playa después de comer y luego a la alberca un rato.

—Como tu órdenes— llevo la taza con café a mis labios.

Desayunos en Paz gracias a Dios, al terminar me doy una ducha y me cambio con un short playero y una playera.

Adele y yo caminamos por la playa mientras ella toma fotos de todo lo que se le cruza. Una chica como de uno setenta, morena clara y de cabello negro largo me saludo amablemente con la mano y voy a saludarla también ya que no creo que sea algo malo pero siento la mirada pesada de la mujer a mi lado así que mi intento de ser amable queda a medias.