Capítulo 14 "Los celos"

659 54 23
                                    

Ella solo se limitaba a disfrutar de aquella hermosa sensación mientras le daba pequeños besos en los labios y parte de su rostro, mientras se le dibujaban fugazmente sonrisas de placer.

Franco recorrió lentamente aquellas piernas que lo conducían hacia una felicidad completa, su mano se deslizó lentamente hasta llegar a la parte más intima de ella; aquella sensación la volvía completamente loca, su respiración era acelerada,  provocando un desborde de carga eléctrica en cada fibra de su cuerpo, clavaba en los hombros de él, sus uñas, tratando de conseguir un punto de equilibro entre el placer que experimentaba su cuerpo y aquella pequeña parte de cordura que le quedaba.

Franco abandono aquella zona, para apoderarse de sus labios, la beso con una intensidad como jamás lo había hecho, podía permanecer horas besando a aquella mujer que lo enloquecía, pero que sin duda era la culpable de sus cambios emocionales desde que la había vuelto a ver desde su regreso.

Por otra parte, Bárbara lo apartó delicadamente de aquel apasionado beso, sus miradas se cruzaron y sin que él se lo esperara, lo dejo caer sobre aquel sofá que se encontraba más cercano a ellos, delicadamente paso sus manos acariciando su cálido pecho, mientras lentamente se acercaba nuevamente a sus labios, estando a pocos centímetros, mientras su aliento se volvía uno solo con el de él, haciendo que  muriera por un beso suyo; se sentó sobre sus piernas y sus manos comenzaron a subir hacia sus hombros, mientras despegaba sus labios de los suyo, y le daba pequeños besos en el cuello avanzando a sus hombros y volviendo a su zona de inicio, Franco sostenía aquel delicado y esbelto cuerpo, sintiendo cada uno de aquellos besos como si fueran la gloria.

La mirada de ambos se cruzaron y esbozaron una ligera sonrisa de complicidad, con su mano, Franco aparto  delicadamente un mechón de cabello que caía sobre el rostro de Bárbara, tomo su rostro entre sus manos y le dio un beso largo e intenso, mientras ambos cuerpos se convertían en uno solo, Bárbara sintió una descarga en todo su ser, aferrándose aquel beso como si no existiera un mañana entre ambos, Franco se deleitaba con aquel momento, mientras se dejaba llevar por la serie de sensaciones que le provocaba aquel contacto. Ambos sabían que aunque todo pareciera estar en su contra, el amor que ambos experimentaban era verdadero.

Aquel momento se volvía cada vez más intenso, los cuerpo de ambos estaban cerca del punto máximo, mientras Franco ahogaba con besos aquellos gemidos que ambos contenían, Bárbara se aferraba impacientemente a su cuerpo, mientras ambos experimentaban aquello que tanto habían deseado.

Finalmente ambos llegaron juntos al punto máximo del placer, sus miradas se cruzaron y sonrieron instantáneamente.

-Te amo -Dijo ella sin darse cuenta mientras su inconsciente la traicionaba.

Franco sonrió - yo también te amo - le dijo mientras le daba un pequeño beso en los labios -Pensé que no lo dirías- Añadió

Bárbara solo una carcajada que le fue imposible de contener, era verdad que aquellas dos palabras se me habían salido de la boca sin darse cuenta, pero era algo que realmente sentía, no había ninguna mentira en ello, pese a su enojo y furia por el engaño, lo amaba, lo amaba profundamente, como nunca había amado a nadie más en su vida.

-Bueno, entonces ¿Digo que retiro lo dicho? - le sonrió maliciosa

-No lo sé, quizá si o quizá no - bromeo

Ella se limitó a besarlo nuevamente, se sentía tan segura estando a su lado, como si nada le pudiera pasar, en el fondo tenía un ligero sentimiento de culpabilidad, mientras el viejo de Gonzalo Elizalde se debatía entre la vida y la muerte, ella, su esposa, se encontraba con otro hombre, amándose como si no existiera un mañana, pero...

-¿En qué piensas? - Quiso saber Franco

-En nada - dijo con una voz baja, acariciando con su dedo índice el rostro de él.

¡Admito que te amo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora