Rara

5 0 0
                                    

¿Cada vez que hacía planes era para distraerme de mi? Qué había en casa que me hacía correr para alejarme una y otra vez. Pensé que era miedo a volver a quedarme encerrada, pero siento que la puerta hace mucho que está abierta, y yo sigo con la misma ansia. Cuando me encuentro en la calle pienso en mi, en soledad, y añoro cómo era. Mis sueños se quedaron en pausa hace meses y no consigo encontrar el botón de play. Me siento desconectada, como si no supiera quién es esa persona que ahora lleva el control de mi cuerpo. Hay tardes en las que, al quedarme sola, mi antiguo yo me hace una visita, y entonces todas las dudas resurgen. ¿Enterré sin querer a alguien que aún quería vivir? Me gustaría que hablar fuera tan sencillo como hacerlo con los que me quieren, pero de mi parte solo recibo monosílabos y palabras inconexas. Aún no he encontrado ningún diccionario que me explique que significa cada una de ellas. Me bloquea el hecho de no saber dónde está el punto de partida, todo sería más sencillo si descubriese cual es el sujeto de la oración. 

Hay veces en que me encuentro a mi misma. Suena una melodía, veo una imagen, escucho una palabra y entonces, por una fracción de segundo, todo encaja. El constante corazón roto se une un momento y respiro con paz. ¿Dónde está la paz que tanto me había costado construir? ¿Cuándo la perdí de vista? Este sentimiento lo siento tan dentro mío que ya forma parte de la base de mi ser. Si me preguntas cómo estoy ni me vendrá a la mente hablarte sobre esto, porque forma parte de mis pilares. 

Quiero dejar de vivir en automático. Creo que hace un año largo me sumí a mí misma en un sueño, o una pesadilla, de la que no soy capaz de despertar. Tampoco estoy segura de estar realmente dormida. Quiero que este constante malestar al encontrarme un segundo conmigo misma se marche. No quiero ocupar mis horas con entretenimientos, ni quiero distraerme ni pensar en otras cosas. Me gustaría meterme dentro del propio agujero negro y no salir hasta que la luz se haya tragado cada una de las sombras. Pero siento que no puedo. Que cada día hay que avanzar un poquito más y poner más piedras sobre el problema real. Siento que cada día que lo ignoro se hace más pequeño, más imperceptible, pero no por el hecho de haber desaparecido, si no por estar fusionándose conmigo. Me miro al espejo y no me reconozco. ¿Cuánto hace que debería haber dicho basta?

Recovecos del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora