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El chico estaba sufriendo una convulsión, ahogándose con su podría sangre que salía de su boca, tratando de poder respirar sin lograrlo

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El chico estaba sufriendo una convulsión, ahogándose con su podría sangre que salía de su boca, tratando de poder respirar sin lograrlo.

—¡Vamonos!—agarro de las manos a los Haitani para correr, tomaron la mochila de Momoka junto a sus libros y siguieron corriendo para no ser atrapados.

La policía había llegado pero no voltearon; saltaron un muro teniendo ayuda de Ran y pasaron por varias calles transitadas para perderse entre las personas, pero aún así no se detuvieron, sentían la adrenalina de ser atrapados recorriendo por sus cuerpos, los tres tomados de las manos mientras el de trenzas se ría sin razón como un desquiciado por los nervios.

Chocaron con la gente gritando disculpas.

Dejaron de correr deteniéndose en un callejón para recobrar el aire.

—Ahora somos los reyes de Roppongi—clamó Ran chocando su puño con el de su hermano.

Parecía que la única shockeada era la niña que los miraba sin poder creer que se reían por eso. Litera dejaron a un tipo moribundo muriéndose a su suerte en el parque, y todo por ella junto a sus ganas de "gobernar" el área de Roppongi.

Se sentó pegando su espalda contra la pared, sujetando su cabeza con sus manos asustada y apuntó de llorar.

Habían matado a un ser humano.

Le enseñaron desde su nacimiento lo que era la educación y distinguir lo que estaba bien como lo que estaba mal, lo que hicieron esta en contra de lo que le enseñaron. Su miedo era perder a sus únicos amigos y que terminarán en la cárcel por eso.

—¿Estas bien, Takahashi?—le preguntó Rindou al verla tan silenciosa en su posición, llamando la atención del mayor.

—No. No estoy bien—sollozo abrazándose a si misma temblando—Mis padres se van a enojar conmigo y ya no me van a permitir verlos... ¡Y no quiero que pase eso!—exclamó entre lágrimas.

Sus sentimientos estaban revueltos, no lograba identificar como sentirse con toda esa explosión interna que sufría tan intensamente por primera vez, la imagen del chico ensangrentado se repetía varias veces como algo que nunca podrá borrar de sus recuerdos.

Ambos hermanos se miraron. Ran se acercó y se puso delante de ella, pasando sus brazos para darle un cálido abrazo a la fémina—Tranquila Momo-chan~—le habló cariñosamente con una suave voz—Nadie va a separarnos... Siempre voy a cuidarte—dijo recibiendo un golpe en la cabeza por parte del otro rubio—Nosotros—corrigió rodando los ojos.

Quito las manos de la contraria para verla mejor, regalándole una sonrisita para acariciar sus mejillas retirando las lágrimas que escurrian; de igual manera la peli negra limpio las manchas de sangre de Ran por que le daba miedo verlo con ellas en su cara y sonriendole.

—¿Mejor?—ella asintió. Se quito su suéter y se lo colocó a Momoka, estaba refrescando y no quería que la linda chica se enfermara. La cargo decidido de llevarla hasta su casa en brazos.

𝘽𝙚𝙡𝙡𝙚𝙯𝙖 𝙙𝙚 𝙥𝙧𝙞𝙢𝙖𝙫𝙚𝙧𝙖 || Ran Haitani ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora