Capítulo 2

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Chiara Esposito

No sé si estoy paranoica o simplemente si me están observando.

La milicia ayuda inconscientemente que tus sentidos estén más desarrollados. Y ahora puedo deducir que alguien me esta observando, aunque realmente no sé necesita estar en la milicia para sentir esto, creo que a todos les pasa, ese sentimiento y incomodidad de sentir que alguien está mirando cada uno de los pasos que das.

Aveces, en el exilio sentía lo mismo, y si, alguien me observaba. La primera vez fue en el río, un tío asqueroso me estaba espiando mientras me bañaba, amaneció muerto.

La segunda vez fue en una prueba, otro tío me observaba, su plan era robar mis estrategias para poder matarme, no pudo competir, amaneció muerto.

Y no fui yo quien lo hizo.
No tuve la necesidad de ensuciar mis manos.

Él hacía todo por mí.

Y ahora siento lo mismo, solo debo saber desde que ángulo me esta mirando, luego acabaré con él o ella.

— Deja de moverte. ¿Porqué estás tan inquieta? — Tyler mira sobre mi hombro para asegurarse de la zona — ¿qué ves?

— Nada, debe de ser algún periodista, nada más — Me las arreglo para no prestarle atención a ese sentimiento de incomodidad.

— Vale, si tú lo dices.

El camión al fin nos recoge y en cuanto subimos al camión blindado el sentimiento de ser observada se va.

— Creo que deberías ir a casa y descansar, ya sabes lo que hacen las personas normales, no las máquinas.

— Relájate, aún tengo demasiada energía.

— Eso me asusta — le doy una sonrisa inocente.

Recuesto mi cabeza en su hombro y me permito relajarme antes de que la bomba estallase.

— Misil desconocido acercándose, confirmar contraseña para maniobra de desviacion — una voz de computadora sale disparada de los megáfonos del camión.

— ¿Qué carajos pasa? — pregunto alarmada.

— No lo sé, senorita. Al parecer es un atentado.

— ¡Mierda! — Soltamos al mismo tiempo Tyler y yo.

— ¡Confirma la maldita contraseña! — el grito de Tyler asusta al soldado que conduce.

— No, no lo sé, señor. — Lloriquea en el asiento.

— Llevas a personas importantes, ¡¿y no vas precavido?! — Tyler se enfurece.

— Misil desconocido cada vez más cerca, confirmar contraseña para maniobra de desviación — la puta computadora vuelve a hablar desesperandome.

— ¡Moriremos! ¡MORIREMOS! — él soldado grita.

— Morirás — le corrijo antes de sacar el puñal de mi muslo y enterrarlo en su garganta matándolo de inmediato.

Me muevo rápido al asiento del conductor sacando el cuerpo del camión de una patada.

— Por inútil — me sigue Tyler enojado.

— Contacta al ministro.

— En eso estoy.

Sigo manejando a toda velocidad por la calle solitaria, necesito sacar el camión de los lugares concurridos, no quiero que gente inocente muera.

Dijo Misil desconocido, lo que podría ser desde una bomba hasta una puta nuez.

Jaque mate. [Christopher Morgan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora