El lago Geneva era hermoso... al menos la parte que Will podía ver desde la ventana de su cuarto. Bien, técnicamente era el cuarto de Hannibal, pero como él solía ausentarse la mayor parte del día, regresando tarde por la noche, Will había llegado a pensar en el dormitorio como suyo.
Observó con nostalgia las hermosas montañas a la distancia. No estaba seguro de por qué Hannibal lo trajo a Suiza. Pasaba solo todo el día.
Tenía que escapar. Tenía que hacerlo.
Porque estaba asustado. Asustado de lo que le estaba pasando. Aterrado porque con cada semana que pasaba, era más y más difícil entender lo que sentía en torno a Hannibal. Asustado de despertar una mañana habiendo olvidado que tenía una vida a la que regresar en casa. Una vida a la que deseaba regresar. Estaba asustado de perderse a sí mismo.
Asustado de que fuera demasiado tarde. Ya había signos de ello.
Vestía la ropa de Hannibal todo el tiempo, y le gustaba. Tenía rozaduras de barba semipermanentes en su cara y muslos por los besos de Hannibal, y lo amaba. Su cuerpo estaba cubierto de mordeduras de amor y arañazos y diversos moretones que no podía dejar de mirar con fascinación. Hannibal lo follaba tan a menudo y tan a fondo que Will apenas necesitaba alguna preparación últimamente. Era aterrador cuan perfectamente compatibles eran en la cama. Will siempre había amado el sexo, pero el sexo nunca se había sentido así: tan adictivo, tan necesario. Nunca había sentido como si las manos de un hombre correspondieran estar jodidamente sobre su cuerpo.
Lo horrorizaba. No se suponía que se sintiera así, no con este hombre.
Un sonido en la puerta lo hizo estremecerse, arrancándolo de sus pensamientos.
Con su corazón acelerándose, Will se giró cuando la puerta se abría.
Pero no era Hannibal.
Era una joven. Ella lo miraba con la boca abierta. Él le devolvió la mirada asombrada.
Era bastante bonita, con cabello y ojos oscuros que estaban cargados de perplejidad. Había algo familiar en ella, pero no podía determinar qué.
–Oh –murmuró ella en ruso–. Bueno, esto definitivamente no es lo que esperaba –Se acercó, mirando a Will con curiosidad.
–Hola –dijo Will, jalando la camiseta de Hannibal, repentinamente tímido por sus piernas desnudas. ¿Quién era? ¿Cómo había entrado en el cuarto? Hasta donde Will sabía, Hannibal tenía la única tarjeta-llave de la habitación y la casa estaba fuertemente custodiada–. ¿Quién eres tú?
Sus cejas ascendieron.
–¿Quién eres tú? Esta es mi casa.
El estómago de Will se apretó en un nudo incómodo. ¿Su casa? ¿Acaso Hannibal tenía una... una esposa de la que nadie sabía?
Antes de que pudiera formular una respuesta, oyó el sonido de pasos y un muy pálido Vlad apareció en la entrada.
–Anastasia, no deberías estar aquí –le dijo en ruso–. Hannibal estará enojado, ya está enojado. Lo llamé.
La mujer –aparentemente, Anastasia- puso las manos sobre sus caderas y resopló.
–Yo también estoy enojada –señaló hacia Will–. ¿Quién es él? ¿Por qué está en el dormitorio de mi hermano?
¿Hermano? ¿Era la hermana de Roman?
Vlad frunció los labios, disparando una mirada tenebrosa en la dirección de Will.
–Es un huésped –dijo, agarrando el brazo de Anastasia y jalándola hacia la puerta.
Anastasia no se movió.
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million dollar man
Fanfictionyou're screwed up, you're brilliant look like a million dollar man so why is my heart broke?