Amor Extraño ||Hirogo|| En Edición.

Capítulo XXIII

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La velocidad era extrema en la que descendía el cuerpo de aquel joven, en poco tiempo si llegaba al suelo podría morir al instante, la mano izquierda de aquella super héroe intento atraparlo, sin embargo por más que deseaba salvarlo, estaba aún lejos de este.

—¡Isamu!, ¡necesito tu mano!— gritó con fuerza.

Al rededor de la cintura que era cubierta por el traje de ese color amarillo que tanto la distinguía, una mano la sujeto de inmediato, su mirada atónita por ser detenida y no ir detrás de su amigo, volteó a mirar de quien se trataba.

—¡¡Estás loco!!— sus manos agitaban para poder zafarse del brazo de este—¡Isamu!—soltó lágrimas para mirar nuevamente al vacío.

Ahogo en llanto, sabía que era demasiado tarde para salvarlo, su amigo de la infancia había caído por culpa suya.

—¡No dejaré que caigas!, ¡Necesito!.. ¡Agh, mierda no puedo soportar más!— su brazo extendido era sujetado de una parte del edificio que seguía siendo su soporte —¡Necesito ponerte segura!

—¡Isamu!— los sollozos se intensificaron, e intento zafarse del menor nuevamente.

Al momento, los dedos de Hiro no consiguieron resistir más y ambos comenzaron a descender nuevamente, esta vez el azabache abrazo el cuerpo de la joven para poder protegerla.

—Lo siento — susurro para si mismo.

Un sonido hizo retumbar de inmediato, tanto Hiro como Gogo abrieron los ojos con prontitud, sin duda alguna era la armadura de ese adorable gran malvavisco.

—¡Baymax!— al unisonido de las dos personas.

—Escaneo completo, ambos se encuentran bien — abrazó a Hiro como a Gogo.

Tras rescatarlos, voló directamente en dirección al suelo para ponerlos a salvo, al dejarlos Gogo se sentó en la vereda para tan solo retirarse el casco amarillo. La mayor se le notaba claramente que sus ojos hinchados por tanto derramar lágrimas, cabizbaja se tomó con sus manos los lados laterales su cabeza, quería salvar a su amigo pero lamentablemente no lo logró.

Hiro hizo la misma acción, se retiro el casco, para así ver más de cerca a la chica, este intento arrodillarse y consolarla ya que su corazón no toleraba verla de ese modo.

—Gogo...yo solo...

—Aléjate de mí — estiró su brazo para evitar que se acerque más.

—Gogo...

—Cállate, s-si no me hubieras detenido... s-si no te hubieras entrometido, lo hubiera alcanzado a salvar — su voz frívola transmitía desprecio al menor.

—Quería que estés a salvo.

Esta iba a responder, pero prefirió quedar en silencio, se coloco de pie y quería marcharse para buscar a los demás.
De pronto se escuchó un ligero gritó, creyó que era una broma, sin embargo volvió a escucharlo.

—¡Gogo!, ¡Gogo!

Volteó enseguida, sus ojos no podían creer que era esa persona.

—Isamu...— por inercia sus dedos se dirigieron a la comisura de sus propios labios.

La siguiente situación, Isamu era quien llamaba a gritos a la joven, pero no estaba él solo, más bien era acompañado por la rubia y los dos integrantes más de los grandes héroes.
Isamu era llevado del brazo gracias a la ayuda de Honey Lemon, su andar era lento pero quería apresurar más el paso para agradecer a su amiga de la infancia.