Día 16: Una falta insuperable (Blackmail)

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Resumen: el comandante Cartman aprovecha una falta de dos hermanos judíos para destruirlos desde adentro.

Advertencias: violencia, muerte, contenido gráfico, drama, degeneración, lenguaje fuerte y contexto discriminatorio. Ah, e incesto, técnicamente, yo supongo.

Aclaración: Bueno, pues yo estaba escribiendo esto antes de darme cuenta que era de mal gusto escribir sobre esto jajaja. Que use este escenario no me hace adepta a las ideas de esa época o a fetichizar una tragedia. Es ficción. También, como que salió más Ike x Kyle que Kyman, una disculpa. Hice esto casi de un día para otro, esperando poder seguir publicando en el día correspondiente, o morir en el intento.

Aclaración 2: De acuerdo con las reglas actuales de Wattpad, se afirma que todos los personajes (implicados en situaciones sentimentales y eróticas) tienen 18 años o más, son mayores de edad.


I can barely watch my own step

Tripping over the same stone all over again

I want to go back to the moment I left

To believe I wasn't guilty of my own end

— Feeling Every Sunset, "Already Missing The Train"


Le enfermaba ver a alguien que no debería estar contento. De verdad lo jodía en lo más profundo de las entrañas, porque muy en el fondo él no lo estaba, él no era feliz. Lo tenía todo y no lo era. Nunca faltaba alguien que estuviera ahí para cumplir todos sus caprichos y le quedaba claro que, de ser posible, habría alguien que caminara por él incluso. La idea era sentirse y hacer sentir a sus allegados como la raza superior, los semi dioses que caminaban en la tierra al lado de escorias que debían ser exterminadas y reducidas a cenizas. Escorias que todavía tenían la energía de sonreír a sus espaldas.

En particular, sabía de dos hermanos que le causaban ese sentimiento de impotencia. Se había enterado que se llamaban de esa manera entre sí, aunque no tuvieran ningún rasgo que los hiciera acreedores de ese título consanguíneo, más allá de sus pecas que, sinceramente, podrían deberse a una simple coincidencia. Jamás entendería a los miembros de ese pueblo lleno de ratas codiciosas. Mientras uno era enorme, de cabello tan negro como un cuervo y piel pálida, el otro era mucho más menudo. Era pelirrojo, con un aura de mal humor y dignidad absurda, que lo hacía ver más maduro que su contraparte, aunque ostentase menor estatura.

Hizo sus teorías de cómo habían quedado en el mismo campo de concentración, y quizá se debía a su cero parentesco físico, a que habían sabido actuar bien desde el principio de ese infierno y se habían escondido por separado pero en el mismo vecindario. Una vez que descubrió su parentesco fue imposible separarlos, porque había sobrepoblación en otros puntos y en su división acostumbraban a hacerle largas, sólo diciendo que cuánto tiempo más podrían estar juntos antes de la cámara de gas. Entonces él rechinaba la mandíbula y se tenía que tragar la visión del único que capricho que no había podido cumplir.

Sabía perfecto que estaba en un ambiente cuestionable, por decir lo menos. Empezaban a pulular clips y distinciones del uniforme nazi con los que no estaba familiarizado, sobre todo cuando se rumoraba que todo comenzaba a empeorar en los principales pabellones. Sin embargo, todas sus sospechas se confirmaron cuando pudo ver al general brigadier, Stanley Marsh, ayudando a esos dos hermanos, esos que verlos unidos era como sentir mil patadas en la cara. No podía creer tal nivel de traición.

Estaba haciendo guardia a dos judíos asquerosos, bajo la excusa de que esperaba a que salieran para transportarlos a su área de trabajo. El brigadier llevaba un clip en uno de los bolsillos de su saco que se preocupó de ocultar cuando era demasiado tarde. Lo había apartado con la sola premisa de ser su superior, pero cuando abrió la puerta casi se sintió ultrajado al ver a esos dos hombres medio recargados contra los catres, muy cerca de sus caras y de sus cuerpos.

NUESTRAS PRIMERAS VECES - KYMANTOBER (KYMAN X KINKTOBER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora