-La Ruptura-

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Era media noche en la ciudad de Gotham y Harley lloraba desesperada en su habitación, vestida con su mono de pies a cabeza rojo y negro se abrazaba las piernas sin consuelo mientras su maquillaje se corría por las lágrimas. De pronto sonó su móvil, esta sobresaltada lo cogió con un suspiro entrecortado de haber estado llorando.

-¿Quinn? - Sonó una voz femenina desde el otro lado del móvil, la chica no pudo evitar sonreír con tristeza al escuchar su voz.

- Hola Ivy...- murmuro limpiándose las lágrimas con la manga corriendo parte del maquillaje.

- ¿Qué te pasa, va todo bien? - Pregunto la pelirroja algo alarmada.

- No... Joker me ha... -No podía acabar la frase, escondió su rostro entre sus piernas sin soltar su móvil- ¡Me ha dejado! - Grito finalmente desesperada.

- ¡¿Qué te ha que?! -Grito la pelirroja con enfado, tras eso se escucho un suspiro, quería preguntar la causa pero se negaba a remover la herida de su amiga - No te preocupes Quinn, todo ira a mejor.

La chica solo lloraba desesperada a través del móvil diciendo lo mucho que lo quería y lo necesitaba, pero la pelirroja tenia muy poca paciencia, desde que eran amigas siempre le había hartado escuchar cosas sobre el Joker solo hablaba de él, comenzaba a odiarlo y esa fue la gota que colmo el baso, a si que se le ocurrió una idea.

- Oye Quinn, ¿y si te vienes a vivir conmigo? A si cambas de aires y te olvidas un poco de ese imbécil -la pelirroja no le dejo tiempo de respuesta - Haz las maletas, Estoy allí en quince minutos. - Tras esas palabras ella colgó.

La rubia se quedo atónita por sus palabras pero comenzó a darle vueltas a la idea, no era tan mala después de todo y las locuras eran su especialidad a si que con un suspiro se levanto y comenzó a hacer la maleta,intento meter lo necesario hasta que se topo con el póster del Joker que tenia puesto en su pared, de nuevo las lágrimas comenzaron a brotar pero intento contenerse y sin pensarlo lo rompió en pedazos.

Quince minutos después Ivy apareció por la ventana de su cuarto.

-¡Quinn! - la abrazo y sin mas dijo - Menuda cara tienes, se te ha corrido todo el maquillaje, estas fatal, bueno lo arreglaremos cuando lleguemos a casa, venga vayámonos ya -la pelirroja estaba como loca de que se instalase ya. La rubia aun cabizbaja la siguió sin decir palabra alguna, se monto en el coche con ella y se alejaron de aquel edificio abandonado mientras la pelirroja gritaba emocionada, por un segundo ella sonrió, parecía que se habían cambiado las personalidades y eso le pareció gracioso pero enseguida volvió a recaer en su depresión.

y así viajaron las dos a lo que seria un nuevo hogar y una nueva compañera.

Quinn, el ArlequínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora